Por Alejandro Villegas…
La embestida del ciudadano presidente contra los consejeros del INE no es nueva, más bien confirma su fobia hacia ellos, primordialmente porque no se han sometido de manera dócil a sus designios.
La autonomía del INE es uno de los bastiones que no ha podido demoler el ciudadano presidente, de ahí que fiel al estilo que marcó desde el inicio de su gestión refuerce su embestida contra el organismo autónomo.
Ahora buscará y seguramente lo conseguirá con el apoyo de los legisladores de Morena, modificar el método de selección y designación de los consejeros del INE, mediante una votación abierta a la ciudadanía.
Lo que no precisa, como siempre que anuncia algo, es el detalle. De entrada, no define quién y bajo qué condiciones llevaría a cabo la elección de los consejeros.
Así como si lo que pretende es cambiar a todos los integrantes del Consejo General del INE, o se haría conforme vayan concluyendo los periodos para los que fueron designados.
Tampoco señala la forma en que se seleccionaría a los candidatos, para garantizar como se ha tratado hasta ahora que no estén identificados o ligados a algún instituto político.
En principio, el anuncio del ciudadano presidente se aprecia más como una venganza, originada por el despecho y la no sumisión, que una propuesta que busque fortalecer la democracia nacional.
Ante este escenario es imposible recordar aquella expresión del eterno candidato de la izquierda, a la presidencia de la República: Al diablo la instituciones.
Objetivo que con el paso de los años y con la banda presidencial ceñida al pecho, desde hace más de tres años ha cobrado vigencia. De ello no hay duda.
Fiscal
El reconocimiento del ciudadano presidente a la determinación de los ministros del máximo tribunal del país, en el caso de las ciudadanas Laura Morán y Alejandra Cuevas, es un mal mensaje para el ciudadano fiscal de la nación, por más que el inquilino de Palacio Nacional le reitere, al mismo tiempo su confianza.
