Por Alejandro Villegas…
La solicitud del ciudadano presidente de que no lo critiquen por lo que hacen sus hijos, es cordial y sensata, lo malo es que contrasta abiertamente con la forma en la que se ha tratado a sus antecesores en el pasado, por la conducta de sus familiares.
Desde José López Portillo, a la fecha, oposición, medios y sociedad en general han hecho de la critica a la familia del ciudadano presidente en turno lo que pudiera considerarse como un pasatiempo general, una suerte de deporte que no ha rendido más fruto que el escarnio social.
Del orgullo del nepotismo de López Portillo, hasta los hijos de Martita y la casa blanca de la Paloma, la critica sexenio tras sexenio se ha mantenido.
No hay que olvidar que en sus años como opositor y como parte de su larga campaña en pro de la silla presidencial, el ciudadano Andrés Manuel López Obrador no dudo en criticar lo mismo al hermano incómodo que a cualquier otro integrante de la familia presidencial que hubiera incurrido en un episodio que fuera factible de criticar.
En consecuencia, ante el panorama previo, no le queda más al ciudadano presidente que marcar como lo ha hecho su lindero y como dicen en el barrio, aguantar vara.
Mientras él no se porte mal, que más da que oposición, medios y sociedad se dediquen a la difusión de criticas, que se defiendan los indiciados que no están impedidos. A fin de cuentas, no se trata de situaciones que puedan llegar a tribunales, porque la sanción se ubica en el plano moral.
Pero al parecer, el objetivo de que la figura del ciudadano presidente permanezca inmaculada, difícilmente se conseguirá, aunque sea por efecto de la conducta de terceros, que legal o no al momento, es objeto de cuestionamientos.
Vacuna
El programa nacional de vacunación se mantiene sin incluir a menores de 15 años, contra la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, en tanto la cuarta ola de COVID pese a sus efectos menos lesivos impacta a la colectividad.
Sin duda, la apuesta de la 4T es más que arriesgada, lo malo es que el costo lo paga como siempre el pueblo bueno.
