Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente trata de brindar aliento a la población y minimizar los efectos de la cuarta ola de COVID-19, en un mensaje público, señala que la pandemia va de salida y que él, pese a estar contagiado no ha necesitado medicamentos especiales.
O sea que su malestar ha sido leve y hasta ha sostenido reuniones de trabajo, con los integrantes de su gabinete, como los secretarios de Gobernación y Hacienda, quienes estaban a una distancia prudente en el mismo salón, con cubrebocas, en tanto que el ciudadano presidente pese a estar contagiado de COVID por segunda ocasión no usaba cubrebocas.
No cabe duda que con su mensaje tanto verbal, como visual, el ciudadano presidente lejos de alentar el cuidado y la previsión, proyecta una percepción distinta entre la población.
La imágenes e información de enormes filas de personas que acuden a realizarse pruebas para verificar si están contagiados de COVID, el incremento en la hospitalización, el enorme potencial de contagios que caracteriza a la variante Ómicron, y el inicio de la falta de medicamentos, contrastan con el mensaje del ciudadano presidente que contra viento y marea, insiste en presentar un panorama favorable.
Ello, incluso a pesar de que el panorama internacional indica que se deben reforzar las medidas sanitarias e incrementar la vacunación.
No hay que olvidar que detrás de todo optimista, hay un pesimista mal informado.
Austeridad
El plan de austeridad propuesto el INE, por la 4T, para contar con los recursos necesarios para realizar la consulta de revocación de mandato, además de no tener viabilidad, no pasa de ser una mera sugerencia con la que se trató de ganar el aplauso del respetable.
Los ajustes realizados al momento por los consejeros electorales, no fueron suficientes y todo indica que como sociedad tendremos que conformarnos con una consulta de menor calidad, porque el ciudadano presidente y la 4T en términos generales, están montados en el discurso de la austeridad republicana.
