Por Victor Hugo Celaya Celaya…
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) avanza en el análisis para la implementación gradual de la jornada laboral de 40 horas semanales a través de cinco foros regionales que iniciaron el 19 de junio, representando una de las reformas laborales más significativas en décadas con potencial de transformar las relaciones laborales en México. Esta iniciativa, impulsada por el diputado Pedro Haces Barba de Morena, busca reducir la jornada laboral máxima de 48 a 40 horas semanales sin reducción salarial, siguiendo tendencias internacionales hacia mayor equilibrio vida-trabajo y productividad laboral. Los foros regionales permitirán recoger perspectivas de empleadores, trabajadores, sindicatos y académicos sobre los mecanismos de implementación, plazos de transición y sectores prioritarios para la aplicación de la medida. La reforma requiere modificaciones constitucionales y a la Ley Federal del Trabajo, lo que implica un proceso legislativo complejo que podría extenderse varios meses. El análisis incluye evaluaciones de impacto económico, estudios de productividad sectorial y mecanismos de compensación para empresas que enfrenten incrementos en costos laborales por hora trabajada.
La implementación de esta reforma tendrá implicaciones profundas para la competitividad empresarial, la productividad nacional y las condiciones de vida de los trabajadores mexicanos, requiriendo adaptaciones significativas en modelos de negocio, sistemas de producción y gestión de recursos humanos. Las empresas deberán evaluar si la reducción de horas se compensa con aumentos en productividad, inversión en tecnología y mejoras en procesos, mientras que los trabajadores podrían experimentar beneficios en calidad de vida, salud y oportunidades de capacitación. Los sectores más intensivos en mano de obra, como manufactura, servicios y comercio, enfrentarán desafíos particulares para mantener niveles de producción con menos horas laborales, lo que podría acelerar procesos de automatización y digitalización. La medida también tiene implicaciones para la competitividad internacional de México, especialmente en el contexto del nearshoring, donde los costos laborales son un factor clave para atraer inversión extranjera. Los sindicatos han expresado apoyo a la iniciativa, pero el sector empresarial mantiene reservas sobre los costos de implementación y la necesidad de períodos de transición adecuados. El éxito de la reforma dependerá de la capacidad para diseñar mecanismos de implementación gradual que permitan adaptaciones sectoriales y empresariales sin afectar la competitividad ni el empleo.
¿Cómo prepararnos?
• Evaluar el impacto potencial en costos laborales y productividad para desarrollar estrategias de adaptación y optimización de procesos
• Participar activamente en los foros regionales para influir en el diseño de mecanismos de implementación que consideren las realidades sectoriales
• Invertir en tecnología y capacitación para compensar la reducción de horas laborales con aumentos en productividad y eficiencia operativa
