DE: Ajustes

Por Alejandro Villegas…
Las candidatas y el candidato no terminan de agredirse y descalificarse mutuamente.
En lugar de presentar y explicar a detalle sus propuestas de campaña, pareciera que lo que buscan es presentar a los electores lo que consideran como las principales fallas y escándalos que pueden existir en contra de sus adversarios.
Una situación que pone al electorado ante la disyuntiva no de escoger las mejores propuestas de los candidatos, sino tratar de seleccionar al menos peor de los aspirantes.
Por donde se vea, lo que se aprecia es una guerra de descalificaciones y filtraciones que no permiten al electorado evaluar y contrastar las propuestas.
En tanto se plantea como nueva, la eterna decisión que deben tomar todos los electores.
Alternancia o continuidad, no hay más. De la forma en que se quiera presentar, lo evidente es que no hay nada nuevo, por más que se insista en el discurso.
De la misma forma, es claro que la ciudadanía al momento tiene claro que la decisión de otorgar o no un voto parejo está en sus manos y es innecesario que se lo recuerden.
A fin de cuentas, lo que parece no entender la clase política en general y los candidatos en particular es que se deben concentrar en el desarrollo de una verdadera campaña y la exposición clara de sus propuestas, a todos los niveles, porque fuera de las acciones de aspirantes a la presidencia y las gubernaturas, lo evidente es que en el resto de las esferas el movimiento de los candidatos pareciera no existir.
Ayotzinapa
La determinación del ciudadano presidente de postergar la reunión con los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, solo confirma que ese tema dejó de ser de su interés, sobre todo porque ya no le representa un beneficio claro.
Y es será sólo uno de los pendientes más graves que dejará, luego de que aseguró que era una de sus prioridades.