Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente se resiste a aceptar que los grupos de crimen organizado, no solo son adversarios a vencer, sino que retan con sus acciones de manera directa a la autoridad.
Prefiere advertir un complot, por parte de sus adversarios, a quienes agrupa detrás del concepto de “conservadores”, sin atreverse a llamarlos por su nombre.
Al tiempo que los acusa de magnificar los hechos, sostiene la probidad de su estrategia cuyos resultados, por desgracia no percibe la sociedad mexicana.
El cambio de balazos a abrazos, desafortunadamente pareciera no haber disminuido la capacidad de operación y beligerancia de los grupos del crimen organizado.
Sin embargo, lejos de reaccionar con la aplicación de estrategias de captura y persecución de los grupos criminales, el ciudadano presidente prefiere las estrategias de disuasión.
En consecuencia, quien sigue pagando el costo es el pueblo bueno, ese que le aprueba todo a mano alzada al ciudadano presidente y no deja de confiar en él, a pesar de los magros resultados.
Mientras el ciudadano enfrenta campañas en su contra que sólo él aprecia, en un suerte de moderna paranoia política, conveniente a los intereses de la 4T.
Educación
Si antes de la pandemia, la formación de los estudiantes de primaria y secundaria registraban un rezago, como consecuencia de la pandemia la situación se agravó.
Por tanto, el reto que tiene frente a sí la nueva secretaria de Educación, no es menor.
La educación de las nuevas generaciones y por tanto las posibilidades de desarrollo y crecimiento del país, están en juego.
