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29 de abril de 2024 1:36 am
DE: Obligación

DE: Obligación

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Por Alejandro Villegas..

En el caso de la Guardia Nacional, con su determinación de adscribirla mediante un acuerdo, el ciudadano presidente busca cumplir con lo que denomina un deber moral, pasando sobre una obligación legal.
Al asumir la titularidad del Ejecutivo Federal, el ciudadano presidente juró cumplir y hacer cumplir la Constitución y las Leyes que ella emanen, pero al parecer no está dispuesto a cumplir a cabalidad con ese compromiso.
La Constitución establece con claridad la naturaleza y ubicación de la Guardia Nacional, al ubicarla como una organización con un mando civil y no militar, condición que desde el principio ha sido violada mediante argucias legales, al colocar a mandos militares en retiro al frente de la corporación.
Ahora, ante la abierta posibilidad de que, si iniciativa de reforma constitucional no prospere, como consecuencia del clima de división política que ha propiciado con sus constantes críticas y acciones para dividir al país, el ciudadano presidente busca modificar una ley, y con el concurso del Poder Judicial, dar legalidad a su determinación de que la Guardia Nacional quede adscrita a la Secretaría de la Defensa.
Pero ello, de concretarse violaría la Constitución que en todo caso tendía que volver a modificarse, para que la decisión del ciudadano presidente realmente no tuviera obstáculo alguno.
No es la primera ocasión en la que el ciudadano presidente busca esa serie de resquicios legales y verbales para dale la vuelta a una situación adversa, y con ese comportamiento proyecta su abierta similitud con muchos de quienes le antecedieron en el cargo.
Desde la oposición criticó hasta la saciedad, la presencia del Ejército y las fuerzas militares en las calles y hoy la justifica, y hasta podría afirmarse que militares y marinos le son indispensables para realizar muchas acciones de la 4T, por lo que se han convertido en una suerte de cogobierno.
Violencia
La violencia registrada en Jalisco, pone de manifiesto de nueva cuenta la capacidad de operación y fortaleza de los grupos del crimen organizado, que hasta donde se aprecia no se han percatado de que no tienen adversario, en el plano federal, enfrente. Ni que hay que brindar abrazos, porque siguen con su política de balazos.
Quizá aún no llega a ellos el mensaje evangelizador de la 4T, que constantemente se emite desde Palacio Nacional.

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