Por Alejandro Villegas…
Tras el control férreo del migrantes, que derivó en critica social -tanto local como foránea- el ciudadano presidente recobra el discurso en la materia. Busca recomponer la figura y proyectarse como un líder regional que soluciona un rubro histórico: la búsqueda del sueño americano.
Las caravanas de migrantes son frenadas por la autoridad. No se permite el libre transito por territorio nacional y se opera como un muro para frenar la llegada de los connacionales de otros países.
México no está dispuesto a seguir operando como un país de tránsito, para los centro y sudamericanos. Actúa, desde hace más de un año, a exigencia del entonces presidente Trump, como un muro extraterritorial de los Estados Unidos.
El discurso de las visas de trabajo y el trato terso, que se difundió al amparo de la campaña presidencial quedó en el recuerdo para dar paso a la propuesta de atender las causas de la migración con el apoyo financiero del gobierno estadounidense para tratar de frenar el desplazamiento en busca del sueño americano, que el ciudadano presidente trata de impulsar en cuanto escenario le es posible.
Sin duda, el programa Sembrando Vida y su proyección hacia otros países, es la punta de lanza del proyecto del ciudadano presidente. Con ello quiere proyectarse como un farol internacional.
Desafortunadamente, hasta el momento no ha encontrado, al menos de manera abierta la colaboración que requiere para proyectar su imagen como la de un líder regional.
Sin embargo, el anuncio de la próxima implementación de un plan conjunto con Estados Unidos en materia de inversión e infraestructura, representa el relanzamiento de su propuesta.
Pero al presentarse de manera aislada y no en un evento con la participación de representantes de ambas naciones, el anuncio del ciudadano presidente carece de la contundencia necesaria para ser notable.
Su intensión de ordenar el flujo migratorio a partir del otorgar visas temporales de trabajo que contribuyan a incrementar la fuerza laboral en Estados Unidos y Canadá, al no contar con el abierto aval de los otros socios del TMEC, resulta poco creíble. Y no pasa de ser sólo una expresión verbal de buenos deseos.
El ciudadano presidente puede conminar a los gobiernos canadiense y estadounidense a invertir en programas sociales como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro con el objetivo de ofrecer oportunidades de desarrollo a las personas en sus lugares de origen, pero de ahí a que esas administraciones estén dispuestas a financiar una acción que proyectaría la imagen del inquilino de Palacio Nacional, hay una enorme distancia.
Escuelas
La realidad comenzó a imponerse, aunque, por fortuna, no de manera generalizada. Los educandos del nivel básico si son susceptibles de contraer COVID-19, como queda de manifiesto con el reporte de varios casos, aunque la autoridad trata de minimizar su existencia.
Obviamente ello, requiere de atención y de una operación de control de daños, en los que se pueden esgrimir todos los argumentos de defensa que quiera la 4T, pero la afectación social terminará por imponerse.
Y tarde que temprano, alguien terminará por pagar la factura, aunque los enfermos y muertos lo ponga, eso si, el pueblo bueno.
