Por Antonio TENORIO ADAME
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que enviará al Congreso tres iniciativas con proyecto de decreto para su proceso debido a fin de obtener su aprobación, estas se refieren a la desaparición de legisladores plurinominales, la incorporación de la Guardia Nacional a la Sedena, y otra más para fortalecer la CFE.
Existe la sensación de prisa para que sea la LXIV Legislatura, la encargada de procesar las propuestas del presidente. Se requiere por tanto convocar a un periodo extraordinario.
Estas propuestas serían debatidas en un periodo extraordinario, lo que resulta poco extraño cuando la LXIV ha concluido prácticamente el periodo para el que fue electa.
Primer obstáculo. La incertidumbre parte de que solo quedan 139 diputados seguros para formar el quorum requerido, estos, los que fueron reelectos recientemente, El resto es dudosa su asistencia, aunque siempre el compromiso legislativo es más firme en la bancada del oficialismo y sus aliados.
El segundo obstáculo para la realización del periodo extraordinario es la Agenda Legislativa donde el tema del tamaño y forma del Congreso ataca a la oposición, se traduce que en política no hay suicidios.
El sistema de partidos electoral fue diseñado para disolver al partido hegemónico y ayudar a la conformación de un pluralismo partidista.
El obstáculo histórico es menos conocido, pero no por ello letal. En este Año del Bicentenario de la Consumación de la Independencia se debería tener presente que el primer jefe del Ejecutivo que intentó disminuir el tamaño del Congreso fue, precisamente, Agustín de Iturbide, lo que da cuenta de un conflicto perenne.
Si hay que atender el número y clase de diputados el menos indicado es otro poder, el ejecutivo, en este caso, es un ataque a otro poder. Y como la oposición no se va a suicidar, entonces queda en manos de los electores decidirlo por medio de la abstención, votos nulos, o candidatos no registrados. Así el voto válido daría el tamaño de congresistas y financiamiento a los partidos.
Por otra parte, si se pretende evitar la sobre representación hay que examinar la redistritación donde se combinan los electores afines para evitar que ganen sus oponentes.
La historia de las pluris es relativamente reciente, en 1976 Reyes Heroles promovió el pluralismo incluyente y en 1986 se ampliaron las bancadas hasta 500 diputados. La izquierda se desarrolló en ese esquema, bajo el cual, al principio le permitió sobrevivir hasta formar el Frente Democrático Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial en 1988.
Militarizar el país y reducir la representación no es lo más conveniente en el proceso de democracia que dice seguir Morena. Es revivir a Iturbide.
El PRIAN y Frena prefieren debatir fuera del Congreso para obstaculizar a Morena sin acudir a formular una oposición formal, con el añadido que la elección del 6 de junio fue en su contra, pese a eso su comportamiento ha sido de triunfador, desde la derrota exigen la negociación.
En ese esquema se presenta una deformación sistemática de la minoría que se niega a desempeñar sus objetivos y regularmente se asume también como mayoría, en el fondo se pretende aumentar el conflicto y propiciar el fracaso de la mayoría.
PASE DE LISTA. DIPUTADO 501 PRESENTE
El perfil del diputado 501 es relevante como antítesis de los graves problemas políticos que golpean al país, en especial con respecto a los partidos políticos y sus deformaciones.
Como se ve en este artículo, es la malformación de la partidocracia donde una nebulosa encubre toda el aura de identidad ideológica, de suerte que el Diputado 501 no representa ningún partido político ni coalición alguna.
Al contrario, junto con Unamuno vuelven a cantar alegres: “Yo soy mi propia minoría”. El Partido va conmigo.
