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23 de noviembre de 2024 6:10 pm
López Obrador y las clases medias, un análisis de José Fernández Santillán

López Obrador y las clases medias, un análisis de José Fernández Santillán

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El viernes 11 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador, arremetió contra las clases medias. El motivo de su enojo se debe a que Moreno perdió ante la coalición “Va por México” siete de las nueve alcaldías que gobernaba en la ciudad de México. El Mandatario atribuyó la derrota a que las clases medias fueron manipuladas por los medios de comunicación; compraron la idea de que la 4T es populista: “Les funcionó aquí en la ciudad y se explica porque aquí es donde se recibió el mayor bombardeo de mentiras y muchos compraron esas mentiras, muchos, y con esa manipulación en la capital de la República, que siempre había estado a la vanguardia, ahora hubo un avance hacia el conservadurismo.”

A su parecer, se dio una “guerra sucia” contra su movimiento que logró influir en el cambio de tendencia, es decir, en 2018 las clases medias votaron a su favor siguiendo la tradición de sufragar en favor de la izquierda. Y esto se dio desde que los capitalinos recuperaron sus derechos políticos en 1997, cuando eligieron como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal a Cuauhtémoc Cárdenas. “Atribuyo esto a que sectores de la clase medio fueron influenciados, se creyeron lo del populismo, lo del falso profeta, lo del mesías tropical, del que íbamos a reelegirnos.” (Noroeste, 12/06/2021)

López Obrador consideró que las clases media-media y media-alta son “aspiracionistas”, “egoístas” y quieren triunfar a toda costa: “Un integrante de clase media-media, media-alta, incluso con licenciatura, con maestría, con doctorado, ¡no!, está muy difícil de convencer…Es el lector del Reforma, ese es para decirle: ‘siga usted su camino, va usted muy bien, porque es una actitud aspiracionista, es triunfar a toda costa, salir adelante.”

Se ve que trae la espina clavada: desde hace días no ha dejado de hablar, obsesivamente, contra la clase media. El lunes 21 de junio en la “mañanera” dijo: “Queremos sacar de la pobreza a millones de mexicanos para construir una nueva clase media, más humana, fraterna y solidaria…[Y que] estén más conscientes y politizados para que resistan campañas de manipulación y no sean presa fácil de lo que llevan a cabo los grupos de intereses creados, los que no quieren que haya cambio.” (El Financiero, 21/06/2021).

 Suena bonito: “sacar de la pobreza a millones de mexicanos para construir una nueva clase media”; pero la realidad lo desmiente: de acuerdo con el INEGI, en el últimos 17 meses, diez millones de mexicanos cayeron en la pobreza o, mejor dicho, diez millones de mexicanos pertenecientes a las clases medias se empobrecieron; más de un millón de micro, pequeñas y medianas empresas cerraron; de acuerdo con una encuesta telefónica realizada por el INEGI 12 millones de personas han dejado de percibir ingresos.

Claro, podrá argumentar el hombre nacido en Tepetitán, Macuspana, todo esto ha sido culpa de la pandemia de Covid-19; pero el asunto no lo exime porque su gobierno ha tenido una actuación desastrosa en el manejo de la epidemia: en el momento más álgido de la emergencia sanitaria los hospitales estaban saturados; no había equipo médico suficiente; hubo protestas del personal de salud por esta situación; México ocupa un vergonzoso 4° lugar en número de muertos por Covid-19 y el primer lugar en fallecidos del sector salud.

En contraste con otros países que han echado a andar programas de apoyo para reactivar la economía y apoyar a las empresas, el gobierno de la 4T ha optado por la “austeridad republicana” que no es otra cosa sino un hiper-neoliberalismo.

¿Cómo quería López Obrador que las clases medias, a las que ha golpeado de manera inmisericorde, votaran por su partido? La ciudad de México antes de ser de izquierda es una ciudad democrática. La parte más ilustrada de la población de esta urbe se ha dado cuenta de que el tabasqueño no es ni de izquierda ni es democrático, más bien es portador de un proyecto retrógrada y autoritario. Por eso le dijeron ¡ya basta!

En vista de que López Obrador desea crear una “nueva clase media” a su imagen y semejanza, conviene entender cómo se conformó la actual clase media. Por principio de cuentas, como dice Roger Hansen (La política del desarrollo mexicano, México, Siglo XXI, 1991, p. 204) la mayoría de los líderes de la Revolución mexicana pertenecían a la clase media ilustrada. Así lo confirma quienes participaron como jefes o como intelectuales tanto en la Convención de Aguascalientes (octubre-noviembre de 1914) como en el Congreso Constituyente (diciembre de 1916-enero de 1917).

Aunque la Revolución mexicana fue un movimiento armado eminentemente campesino, el producto más notable del Régimen de la Revolución fueron las clases medias urbanas que, por cierto, no quedaron encuadradas en el corporativismo del PRI ni comulgaban con sus ideas. La expresión más clara de esta desafección, entre el PRI y las clases medias, fue el movimiento del 68 que fue realizado por jóvenes pertenecientes a las clases medias urbanas con estudios universitarios.

La estabilidad política y la paz social previas a ese estallido se debió a que en México hubo ascenso social mediante la educación, y el trabajo bien remunerado; no clientelismo populista como el que hoy practica López Obrador, sacando raja política de la pobreza y la ignorancia.

Lógicamente, está enojado porque las clases medias estropearon su proyecto de cambio (4T) que no es otra cosa más que un proyecto dictatorial. Sus amigos bolivarianos deben estar de capa caída. Y con justa razón.

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