El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, denunció que Rusia realizó un “ataque consciente” contra la infraestructura energética de su país el día de Navidad.
Zelensky calificó el bombardeo como “inhumano” y afirmó que se está trabajando para restablecer la energía lo antes posible. “El mal ruso no romperá a Ucrania ni distorsionará la Navidad”, declaró.
El ataque incluyó el lanzamiento de 184 misiles y drones, según la fuerza aérea ucraniana, aunque muchos fueron derribados o fallaron en alcanzar sus objetivos. La compañía energética DTEK confirmó que este fue el 13.º gran ataque contra el sector energético de Ucrania en 2023.
El bombardeo causó cortes de energía en todo el país, afectando gravemente a ciudades como Kyiv y Kharkiv. En la capital, muchos residentes buscaron refugio en estaciones de metro para protegerse del ataque.
Sofiia Lytvynenko, una habitante de Kyiv, expresó su frustración: “Quiero estar en casa celebrando, pero tuvimos que refugiarnos porque es peligroso”.
En Kharkiv, el alcalde informó de daños en 74 edificios y cerca de medio millón de personas quedaron sin agua, electricidad ni calefacción en temperaturas extremadamente bajas.
Ukrenergo, la compañía estatal de energía de Ucrania, advirtió que los cortes podrían extenderse hasta el final del día, mientras se imponen restricciones de uso para intentar restaurar el servicio.
El ataque también tuvo implicaciones internacionales. Moldavia detectó un misil ruso en su espacio aéreo, lo que generó condenas del presidente moldavo, Maia Sandu, quien señaló que esto evidencia que Rusia no solo amenaza a Ucrania. Por su parte, Rumanía no confirmó la detección de un misil en su espacio aéreo.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, calificó los ataques como “terror navideño” y destacó que esta agresión es un recordatorio de la amenaza continua que representa Rusia.
