La guerra en Ucrania se enquista en Mariúpol. Rusia continúa este miércoles la segunda fase de su invasión de Ucrania, centrada en la “liberación completa” del Donbás prorruso, en el este, una operación que incluye el asalto final a la acería de Azovstal, en Mariúpol, último reducto de la resistencia ucraniana en la estratégica ciudad portuaria donde se atrincheran miles de civiles heridos y soldados. Tras ofrecer a las fuerzas ucranianas otro ultimátum para deponer las armas y retirarse de la planta metalúrgica Azovstal y así evacuar civiles de Mariúpol (desde donde este miércoles se han abierto corredores humanitarios), el Kremlin ha entregado a Kiev una propuesta de acuerdo de paz y ha afirmado que espera la resupuesta de las autoridades ucranianas.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro británico, Boris Johnson, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se han comprometido este martes a enviar más armamento a Ucrania ante la invasión rusa. El canciller alemán, Olaf Scholz, garantizó también su pleno apoyo “financiero y militar” a Ucrania. El ejército de Alemania no dispone “de las reservas necesarias” para responder a los suministros que reclama Kiev, admitió. Actualmente, su gobierno trabaja “con la industria alemana y con el gobierno ucraniano” para tratar de establecer de qué material se dispone y como puede entregarse, añadió.
Mientras, a Putin se le acaba el tiempo. El ministerio de Defensa de Ucrania parte de la base de que el presidente ruso tratará de desplazar a sus tropas “lo más posible” fuera de los límites del Donbás para poder presentarlo como una victoria el día 9 de mayo, aniversario de la derrota de la Alemania nazi.
