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6 de noviembre de 2025 11:30 am
DE: Panorama

DE: Panorama

Por Alejandro Villegas…..
La ciudadana presidenta, en particular y la 4T en general le dieron vuelta a la página del oprobioso asesinato del ciudadano presidente municipal de Uruapan y encaminaron la atención social, con un distractor involuntario o no, hacia otro tópico más conveniente.
En tanto, la Cámara de Diputados fue escenario de una puesta en escena en la que quedó claro que quien las hace no las tolera. La hoy mayoría no soportó la exhibición de cárteles y mantas, y mucho menos las expresiones de inconformidad, de las que hacía uso como oposición.
Y, en el extremo utilizó e hizo gala de la aplanadora de la mayoría que se descalificó como oposición, pero que desde el ejercicio del poder se legitima.
En tanto que la ciudadana presidenta utiliza una acción reprobable a todas luces para proponer que el acoso sea considerado como delito a nivel nacional y se unifique el criterio sancionador.
Sin embargo, hay que considerar con serenidad las presuntas fallas en que incurrió la denominada ayudantía.
En primer lugar, de acuerdo a la ciudadana presidenta el hombre que la acosó se encontraba evidentemente intoxicado o drogado, pero los integrantes de la ayudantía no lo detectaron, y en un hecho inusitado permitieron la proximidad e incluso uno de ellos accedió a tomar una fotografía, con el celular del agresor.
Segundo cometida la agresión, el hombre no fue detenido ni puesto a disposición de las autoridades, en automático y se le dejó en libertad, para que de acuerdo a la información difundida siguiera molestando a más mujeres.
Finalmente, la demora en la determinación de la ciudadana presidenta de presentar una denuncia formal, que puede tener muchas interpretaciones, que culminan con una lectura única. La victimización de la primera mujer presidenta de México.
Por otra parte, es evidente que la ciudadana presidenta trata de proyectar una imagen de cercanía e identificación social espontánea que está lejos de existir y ser natural, por lo que sus asesores de imagen y marketing político, exhiben su evidente falta de tacto y profesionalismo.
Buscan emular aquella imagen del político que solía caminar por el zócalo capitalino e incluso acudir a que le asearan el calzado, de manera natural y espontánea.
El panorama es complejo, pero la ciudadana presidenta en particular y la 4T en general se aferran a ejercer el monopolio de la narrativa del acontecer nacional.
La colectividad observa, registra y calla, pero en las elecciones de 2012 y 2018, dejó en claro que es de mecha corta y cobra facturas.
Aprobación
Aprobado el presupuesto 2026, no queda más que esperar para ver qué tanto de la denunciado por la oposición y negado por el oficialismo se traduce en realidad. En principio, lo evidente es que, en la distribución de los recursos, el ala legislativa de la 4T se plegó a pie juntillas a la línea dictada desde palacio nacional.

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