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19 de abril de 2025 10:26 am
El papa Francisco apareció en el Vía Crucis y desde el Coliseo de Roma envió un mensaje oculto: “la economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta. Es humilde, fiel a la tierra”

El papa Francisco apareció en el Vía Crucis y desde el Coliseo de Roma envió un mensaje oculto: “la economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta. Es humilde, fiel a la tierra”

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Aunque no presidió la ceremonia y su clara ausencia en los ritos tradicionales de Semana Santa en el Vaticano, el papa Francisco estuvo muy presente en el Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma. Desde el silencio y a través de las meditaciones que él mismo preparó, dejó un mensaje poderoso y actual: “La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta”.

El texto leído durante las estaciones fue presidido por el cardenal Baldo Reina, pero fue el papa Francisco quien trazó el corazón espiritual de la noche. Con un lenguaje directo, el  Santo Padre propuso una alternativa al sistema actual: una economía divina basada en la entrega, el cuidado y la reconciliación. “En un mundo de algoritmos, la economía de Dios es humilde“.

Papa Francisco tras salir del hospital Gemelli. Fuente: Archivo.

La fuerte crítica del papa Francisco a la economía mundial

El Papa hizo una fuerte crítica a los modelos económicos actuales, dominados por cálculos fríos, algoritmos e intereses implacables. Frente a esa lógica de descarte, propuso otra visión:

“La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta. Es humilde, fiel a la tierra” (Estación III).

En ese mismo tono, insistió en que la economía divina “no destruye, sino que cultiva, repara, custodia”. Francisco apuntó a una espiritualidad del cuidado como forma de sanar no solo almas, sino también sociedades rotas por la indiferencia.

Imágenes del Vía Crucis por el mundo. Fuente: Arcivo.

Cristo se cayó tres veces… y nos enseña a levantarnos

Las caídas de Jesús fueron interpretadas por el Papa como lecciones de humanidad. En la tercera estación, reflexionó: “El cielo está aquí, está bajado; uno se lo encuentra incluso cayendo, permaneciendo en tierra”.

En la séptima estación, al hablar de la segunda caída, recordó que la vida humana es precisamente eso: “caer y volver a levantarse“. Pero lo importante, dijo, es no huir del lugar donde Dios nos ha puesto: “Bastaría no huir y permanecer (…) sólo así dejamos de ser prisioneros de nosotros mismos“.

El papa Francisco. Fuente: Archivo.

El Vía Crucis interrumpe nuestros caminos cómodos

Francisco propuso entender el Vía Crucis como una “oración de los que se mueven”, que nos saca de la rutina y nos obliga a mirar de frente el dolor del mundo.

“Interrumpe nuestros caminos habituales. En este mundo que lo calcula todo, la gratuidad tiene un alto precio”.

A través del sufrimiento de Cristo, el papa Francisco habló de la libertad, la elección, el perdón y la reconciliación. En palabras que estremecen, aseguró que Jesús, incluso clavado en la cruz, “mira a quienes le destruyen como personas queridas que el Padre le ha confiado” (Estación X).

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