Por: Fernando Moctezuma Ojeda – @FerMoctezumaO
La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México es, sin duda, un parteaguas en la historia política del país. Como primera mujer en ocupar la silla presidencial, su elección representa un avance significativo en la equidad de género. Sin embargo, este logro no debe ser visto como el final de la lucha por la igualdad, sino como el inicio de una nueva fase en la que las expectativas hacia las mujeres en el poder se alineen con las que tradicionalmente se han impuesto a sus homólogos masculinos.
La política mexicana, históricamente dominada por hombres, ha establecido un legado de exigencia en la evaluación de sus líderes. Desde Lázaro Cárdenas hasta Andrés Manuel López Obrador, los presidentes han sido juzgados, muchas veces severamente, por su capacidad de transformar al país y cumplir con sus promesas. Este mismo estándar debe aplicarse a Claudia Sheinbaum. Su ascenso no debe ser motivo de complacencia, sino de acción y responsabilidad.
La equidad de género no se limita a garantizar espacios de representación política para las mujeres; también implica evaluarlas con el mismo rigor que a los hombres. Esta es la verdadera transformación que debe alcanzarse en la cultura política de México. Exigir a Sheinbaum resultados concretos es un acto de equidad en sí mismo, ya que implica que se reconoce su capacidad de gobernar en condiciones de igualdad y competencia con quienes la precedieron.
El nuevo gobierno encabezado por Sheinbaum enfrenta múltiples desafíos: la violencia estructural que atraviesa al país, la desigualdad económica, la corrupción endémica, entre otros problemas que llevan décadas sin resolverse. Estos obstáculos no serán diferentes porque una mujer ocupe el cargo de presidenta. Por el contrario, las expectativas en torno a su gestión serán altas, y la capacidad para afrontarlos será el principal indicador de éxito o fracaso de su mandato.
Es importante resaltar que, aunque Sheinbaum se enfrenta a las mismas demandas que cualquier presidente, su rol también tiene un valor simbólico innegable. En un país donde las mujeres han luchado históricamente contra barreras culturales y estructurales para acceder a posiciones de poder, su liderazgo representa una oportunidad para desafiar estereotipos y abrir caminos. Sin embargo, esto no puede traducirse en un trato indulgente. En lugar de aplaudir su presencia en el poder como un fin en sí mismo, debemos evaluar con igual o mayor severidad su capacidad para implementar políticas públicas eficaces y para generar cambios sustanciales.
Si bien es justo reconocer el avance que significa la presidencia de Sheinbaum en términos de equidad de género, debemos entender que su éxito o fracaso influirá en la percepción de las capacidades de futuras generaciones de mujeres líderes. Esto no significa que ella deba cargar con todo el peso de la lucha por la igualdad, pero sí implica que los resultados de su gobierno serán clave para inspirar o desalentar la participación política de más mujeres.
En este contexto, las cuotas de género han sido un mecanismo eficaz para abrir espacios a las mujeres en la política. Sin embargo, el éxito no se limita a ocupar una posición; es fundamental que las mujeres en el poder, incluida Sheinbaum, logren resultados tangibles que validen su liderazgo. Las cuotas han permitido que mujeres accedan a posiciones de poder, pero el verdadero reto es transformar esas oportunidades en avances reales para la sociedad en su conjunto.
El nuevo paradigma en la política mexicana, donde se valora no solo la representación sino también la efectividad, se fortalecerá en la medida en que las mujeres líderes sean capaces de gobernar con responsabilidad y eficiencia. En este sentido, la presidencia de Sheinbaum es una prueba de fuego para la consolidación de una cultura política más equitativa y justa.
Un liderazgo de equidad, no de complacencia
Sheinbaum tiene ante sí la oportunidad histórica de demostrar que el liderazgo femenino puede ser tan efectivo, o más, que el masculino. El éxito de su gobierno dependerá de su capacidad para cumplir con las expectativas que la ciudadanía ha depositado en ella, no solo por ser mujer, sino por ser la presidenta de un país con profundas necesidades de transformación.
En conclusión, la exigencia de resultados claros y contundentes no es solo una cuestión de justicia para con Sheinbaum; es un componente esencial para avanzar hacia una sociedad más equitativa y democrática. La verdadera equidad política no se limita a la representación de las mujeres en el poder, sino que se refleja en su capacidad para generar cambios reales y beneficiosos para todos los sectores de la población. Solo así podremos hablar de una transformación auténtica hacia una democracia paritaria y efectiva.
APUNTES CLAVE:
IFIGENIA MARTÍNEZ: El 5 de octubre de 2024, falleció Ifigenia Martínez a los 94 años, una figura clave en la política mexicana y pionera en la lucha por la igualdad de género y los derechos humanos. Cofundadora del PRD y la primera mujer en obtener una maestría en Economía en Harvard, su legado abarca más de seis décadas de lucha por la justicia social y los derechos de las mujeres. Fue testigo y participante de momentos históricos, como el movimiento estudiantil de 1968 y la entrega de la banda presidencial a Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México. Más allá de la dicotomía entre “conservadores” y “liberales”, debemos reconocer que la historia moderna de nuestro país no podría entenderse de la misma manera sin la participación de la maestra Ifigenia, quien entregó su vida a México, nuestra democracia y nuestra historia. Más que una militante partidista, fue militante de convicciones y de congruencia. Este lunes se llevará a cabo un homenaje de cuerpo presente en el Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados, en punto de las 12:00 horas, para darle el último adiós. Ahí estaremos. //PUEBLA: El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta, realizó una convocatoria inédita para unir esfuerzos entre el gobierno federal, estatal y ambientalistas con el fin de sanear el Río Atoyac, en línea con el plan nacional impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum. Armenta destacó la importancia de la colaboración para enfrentar la crisis hídrica en Puebla y avanzar hacia soluciones sostenibles. Esta iniciativa forma parte del compromiso de ambas administraciones con la protección del medio ambiente y la mejora de la calidad de vida de las comunidades poblanas. //40 HORAS: El coordinador de las y los diputados federales del PRI, Rubén Moreira, propuso retomar el debate sobre la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas, con el objetivo de que las y los trabajadores reciban pago por siete días pero trabajen cinco. Moreira destacó que el PRI ya votó a favor del dictamen consensuado en la Comisión de Puntos Constitucionales de la LXV Legislatura, y que la propuesta podría aplicarse gradualmente, especialmente en sectores como la minería y el automotriz. Además, sugirió implementar apoyos fiscales para micro, pequeñas y medianas empresas. Esta medida busca mejorar las condiciones laborales y fomentar la productividad. //CHILPANCINGO: El alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue asesinado brutalmente este 6 de octubre, apenas una semana después de asumir el cargo. Dos días antes de su muerte, Arcos había hablado en una entrevista sobre la situación de seguridad en la región y negó haber recibido amenazas directas. Sin embargo, había solicitado protección para él y otros miembros del ayuntamiento debido al contexto violento. La Fiscalía General del Estado ha iniciado una investigación por homicidio, y la gobernadora Evelyn Salgado condenó el crimen y ordenó intensificar la seguridad en el municipio.
