DE: Investidura

Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente se escuda en el engañoso argumento de que debe cuidar la investidura presidencial para no acudir a Acapulco a visitar a los damnificados.
No quiere recibir los merecidos reclamos por su desatención y de nueva cuenta se escuda en su ya nada eficaz teoria del complot.
Los infiltrados que podrían insultarlo y con ello atentar contra la investidura presidencial y llega al extremo de negarse a si mismo.
Es claro que conoce su pecado social y no quiere enfrentar los reclamos del pueblo bueno.
Ahora es cuando la ciudadanía debe preguntarse porque si es el mejor presidente de la historia y goza de tanta popularidad cono pregona debería de temer.
Si el pueblo bueno lo adora e idolatra bien podría defenderlo y acallar las voces críticas.
Lo evidente es que el ciudadano presidente se resiste a aceptar la realidad. Le falló a los acapulqueños y guerrerenses, se apanicó y no ha logrado superar una situación real.
Por ello recurre a su arma preferida, la operación saliva para tratar de recomponer la figura y controlar el evidente daño a su imagen.
Se confirma lo dicho Acapulco se levanta solo.
Los primeros en reaccionar son los pequeños y medianos empresarios, quienes con animo comenzaron a levantar sus comercios.
Por su parte, los grandes almacenes iniciaron la reapertura de sus establecimientos concentrándose en la venta de productos básicos.
En tanto los hoteleros trabajan a marchas forzadas para tratar de abrir sus puertas.
Los gobiernos estatal y federal tienen una respuesta tardia y limitada que no alcanza ni a apreciarse en el restablecimiento de los servicios básicos y menos en la limpieza.
Pasta de Conchos
Todo indica que la 4T aplicará en Acapulco la misma estrategia que en la mina de Pasta de Conchos, apostar a la desmemoria del pueblo bueno y hacer como que hacen