DE: Caos

Por Alejandro Villegas…
Por donde se vea la situación que se vive en Acapulco es de caos y desolación.
La desgracia rebasó al ciudadano presidente, al gobierno federal, al gobierno estatal y por supuesto a la 4T.
La tarea de control y apoyo a la población se aprecia raquítica.
Los actos de vandalismo y rapiña, aunque sea por productos básicos, dan cuenta de ello.
Una cosa es que se trabaje en el restablecimiento de la energía eléctrica y la operación de los servicios básicos, pero no se aprecia la atención a la población local.
A 48 horas de distancia de la desgracia, la presencia de los ciervos de la nación, no abona a la solución de la situación, ya que se limitarán al levantamiento de un censo que no garantiza la entrega de recursos.
La presencia del ciudadano presidente y la ciudadana gobernadora no se aprecia, así como la de los funcionarios de primer nivel.
No hay brigadas de asistencia, ni se aprecia la presencia de maquinaría y otros elementos que se antojan necesarios.
Es claro que más allá de lo que diga en el discurso los habitantes de Acapulco están solos. Los dejaron a su suerte, pero siempre la ciudadanía y las organizaciones sociales se aprestan mediante centros de acopio y otras medidas a apoyar a los habitantes de Acapulco.
Es claro, la sociedad y no el gobierno volverá a levantar a Acapulco, pero el costo político ese si lo tendrán que pagar quienes hoy se limitan a declarar y hacer en el discurso lo que se requiere en el plano real. Acciones y no palabras.
Nuevo León
El diferendo entre el ciudadano gobernador de Nuevo León y el Congreso de ese Estado, por la designación de un gobernador sustituto, es más que visible y terminará por complicar el panorama para Movimiento Ciudadano.
A fin de cuentas, la Ley y lo establecido en la Constitución local tienen que aplicarse en sus términos.