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11 de julio de 2025 6:58 pm
DE: Confrontación

DE: Confrontación

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Por Alejandro Villegas…
La terca realidad se empeña en confrontar con hechos el discurso del ciudadano presidente.
En principio, con la facilidad de la expresión verbal, recientemente negó la existencia de fallecimientos por las altas temperaturas que se han registrado en el país.
Y casi de inmediato, se vio obligado a salir a corregirse, porque los datos de la terca realidad se impusieron en contra de su discurso.
Ahora dice que hay abasto suficiente de energía eléctrica, y con ello mediante declaraciones fáciles de difícil sustento porque reportes oficiales dan cuenta de apagones por el incremento en la demanda de energía eléctrica.
El incremento en el uso de ventiladores y sistemas de clima han provocado apagones.
Ahora solo falta que niegue las afectaciones que tendrán en las presas del país, las bajas precipitaciones pluviales.
Tal parece que en esos y otros campos, el compromiso del ciudadano presidente de no mentir al menos en ocasiones queda rebasado, aunque la terca realidad se ha encargado de imponerse y hacerlo rectificar.
Es claro que el ciudadano presidente considera que el respaldo del pueblo bueno es permanente y que basta con su palabra para sacar adelante muchos temas, pero tarde que temprano, la realidad hará que se aprecie cuál es la realidad por ejemplo de la economía de país.
Por ejemplo, se ha evitado, mediante subsidios que cada día se disminuyen más que haya un incremento sustancial en el precio de las gasolinas y el diésel, al tiempo que la paridad peso-dólar es engañosa y cada día se depende más de las remesas para el sostén de equilibrio económico del país.
En fin, la lucha entre la terca realidad y el discurso negador del ciudadano presidente, seguirá en tanto él no acepte de manera franca cuál es la realidad en rubros que están a la vista y resultan innegables.
Democracia
Desde Palacio Nacional se insiste en culpar al máximo tribunal del país de las consecuencias que tendría en el plano de la democracia, invalidar la segunda parte del plan B.
Lo malo es que desde Palacio Nacional no se aprecia la necesidad que se tuvo en su momento, de llegar a acuerdos con todas las fuerzas políticas para sacar adelante una reforma electoral de mayor calado.
Y en consecuencia no haber tenido que optar por un plan B, que se enfocó en la modificación unilateral de leyes secundarias.

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