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22 de diciembre de 2024 3:31 am
EVIDENCIAN CÓMO PARTÍCULAS PM 10 Y PM 2.5 DAÑAN AL ADN Y PARTICIPAN EN LA FORMACIÓN DE TUMORES

EVIDENCIAN CÓMO PARTÍCULAS PM 10 Y PM 2.5 DAÑAN AL ADN Y PARTICIPAN EN LA FORMACIÓN DE TUMORES

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  • Investigadores revelaron que las PM 10 inducen estrés oxidativo, procesos inflamatorios y afectación al ADN, generando inestabilidad genómica y cáncer

Actualmente el cáncer pulmonar representa la principal causa de muerte por cáncer a nivel mundial, con una mortalidad de más de un millón y medio de pacientes al año. La contaminación del aire es factor de riesgo importante para el desarrollo de esta neoplasia, especialmente el material particulado menor o igual a 10 micrómetros (PM 10), enfatizaron investigadores de la UNAM y del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).

Miguel Santibáñez Andrade, académico de la Facultad de Ciencias de la UNAM, explicó ante investigadores y académicos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) que es necesario entender los mecanismos biológicos a través de los cuales las PM 10 son un factor de riesgo en el desarrollo del cáncer.

Al participar en la charla “Aeropartículas contaminantes del aire como factor de riesgo en el desarrollo de cáncer”, efectuada en el Auditorio Julián Adem, del ICAyCC, el también investigador en Ciencias Médicas del INCan compartió que estudios en su grupo de trabajo demuestran que las PM 10 inducen estrés oxidativo, así como procesos inflamatorios, daño citotóxico y genotóxico. De este último, el problema es la generación de inestabilidad genómica, caracterizada por un incremento en la presencia de alteraciones en la estructura del ácido desoxirribonucleico (ADN).

El científico ha demostrado que en los procesos de regulación génica durante el ciclo celular, las PM 10 son capaces de actuar como un factor iniciador y promotor del proceso carcinogénico y la frecuencia de este tipo de alteraciones está asociada a la pérdida de control en funciones como la replicación y reparación del ADN, la segregación cromosómica y la progresión del ciclo celular.

“Vamos a contrarreloj con respecto a saber cuál es el impacto tanto negativo (de la exposición al material particulado) en principio, como positivo de las reducciones de material particulado en el aire. Pero uno de los aspectos que nos inquieta es justo ver cómo estos efectos influyen a largo plazo. Además del cáncer, otro ejemplo es lo que pasa con la diabetes y el riesgo gestacional: la exposición prenatal que hay hacia la contaminación ya genera una susceptibilidad en un individuo que ni siquiera ha respirado por sí solo por primera vez”, puntualizó Santibáñez Andrade.

A su vez, la subdirectora de Investigación Básica del INCan, Claudia María García Cuéllar, comentó que un estudio presentado en 2002 por el entonces Centro de Ciencias de la Atmósfera dio inicio a la inquietud por desarrollar la investigación enfocada a entender los mecanismos celulares involucrados en el desarrollo de neoplasias asociadas a la exposición al material particulado, pues se sugería que podría existir una relación, pero el problema no había sido abordado desde el punto de vista biológico.

“Hoy se sabe que en el mundo existen 7 millones de muertes debido a la exposición a la contaminación del aire, generando múltiples problemas de salud, como alteraciones cerebrovasculares, alteraciones cardiovasculares y problemas respiratorios, entre ellos el cáncer de pulmón”, detalló la investigadora.

Entre los diferentes tipos de cáncer, en 2020 el de pulmón fue la segunda neoplasia más frecuente a nivel mundial, después del de mama, lo que revela el gran problema de salud, destacó.

“El cáncer de pulmón está asociado a tabaquismo en un 70 por ciento, pero ese 30 por ciento restante está ligado a la contaminación del aire. Y actualmente sabemos que, en cuanto a mortalidad, ocupa el primer lugar, a diferencia del cáncer de mama, cuya mortalidad es mucho menor debido a estrategias de detección y tratamiento oportuno, algo que aún no sucede con el cáncer de pulmón”, refirió García Cuéllar.

Adicionalmente, se ha visto una asociación entre zonas fuertemente afectadas por la contaminación del aire con la incidencia de tumores en vías respiratorias. En 2021, la Organización Mundial de la Salud actualizó los criterios para establecer los niveles máximos permitidos de contaminantes en el aire, donde indica que anualmente se deberían registrar 15 partes por millón de las PM 2.5 en 24 horas; y hasta 45 partes por millón de los PM 10 en un día.

Ericka Marel Quezada Maldonado, del Laboratorio de Carcinogénesis y Medio Ambiente del INCan, señaló que estudios en líneas celulares expuestas a PM 10 han mostrado problemas de regulación en moléculas de micro-RNAs en las células, lo cual podría estar relacionado con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.

“Dentro de los factores de reparación que podrían estar alterados por los cambios en los micro-RNAs que encontramos desregulados se encontraban genes que podrían ser impactados ya sea por uno o varios micro-RNAs, y esto podría representar un problema general en las vías de reparación”, subrayó.

La investigadora precisó que a partir de 1995 se ha sugerido que las PM 10 pueden tener factores de mutagenicidad, especialmente por el daño al ADN que en condiciones normales es reparado, permitiendo la sobrevivencia celular. Sin embargo, cuando no puede ser corregido el daño, y las células sobreviven a este, se genera la inestabilidad genómica y la inducción de procesos carcinogénicos.

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