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22 de julio de 2025 7:07 am
<strong>La Constitución y el estilo personal de gobernar</strong>

La Constitución y el estilo personal de gobernar

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México escenificó el primer movimiento social del siglo XX, y al término de la revolución armada y derrocado el gobierno de “El Chacal” Victoriano Huerta, el coahuilense Venustiano Carranza se hizo de la silla presidencial y pretendió instaurar nuevamente la democracia; entre sus aciertos estuvo el convocar a un grupo de insignes mexicanos de todas las corrientes políticas de la época -incluidos los propios militares-, para que erigidos en Constituyentes discutieran y redactaran el texto de una nueva Carta Magna, promulgada el 5 de febrero de 1917 -basada en mucho en la liberal de 1857-, que a las garantías individuales agregó los derechos sociales.

La nueva Ley Suprema, que acotaba el poder público y los abusos de la autoridad, definió con gran precisión la forma de gobierno, basada en una República federal con división de poderes, la cual dio igual jerarquía al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial; con ello se buscó evitar el excesivo presidencialismo -tentación a la que sucumbieron los liberales decimonónicos-; sin embargo, como acotó Daniel Cosío Villegas, el estilo personal de gobernar de los mandatarios -una vez institucionalizado el México contemporáneo-, provocó la omnipresencia y omnipotencia del dirigente en turno.

De tal suerte que, hasta la fecha, los gobernantes han querido hacer que trascienda su proyecto político a través de las reformas constitucionales. Los distintos regímenes posrevolucionarios, incluido la actual administración, han realizado más de 700 modificaciones al texto original de los Constituyentes de 1917. Si bien es cierto que se han sumado o ampliado más derechos ciudadanos y creado instituciones de alto sentido social, también es una realidad que se ha vulnerado la idea federalista e imprimido sexenales estilos personales de gobernar, es decir, cada seis años reinventan a este país.

El presidencialismo mexicano se impone sobre los otros poderes de la Unión. Nada hace más daño a la democracia, a la gobernanza y al sistema político mismo, que la voluntad de un solo hombre. Los Estados modernos requieren de gobiernos fuertes que compartan el poder, que alienten la legalidad, la pluralidad y respeten el ámbito de competencia entre quien establece las políticas públicas, quien legisla en favor de las mayorías y quien hace respetar las leyes con justicia para dar vigencia al Estado de Derecho.

En opinión del politólogo José Ramón González Chávez, respecto de las más de 700 reformas a la Carta Magna, “la Constitución y los valores jurídicos que protegen principios y normas, que se han corregido y ampliado con el tiempo, han resistido, resisten y resistirán los embates, caprichos, ocurrencias e ignorancia de los sexenios y las legislaturas”. A 106 años de promulgada en Querétaro, todavía está vigente el marco jurídico que heredamos de la Revolución Mexicana. ¡Muchas felicidades Constitución!

Apostilla:

A propósito de leyes y reglamentos, hay preocupación entre grupos ambientalistas y detractores de la publicidad exterior por la posible autorización a la empresa Vía Verde para establecer aparentes corredores biológicos en las calles de la CDMX. Llama la atención que se anuncie una inversión millonaria de mejora ecológica que se pretende recuperar con publicidad, ya que la nueva ley en la materia acota la promoción exterior por su efecto de contaminación visual. Esperemos que las autoridades, que han combatido los espectaculares, no caigan en el engaño de mejoras ambientales para inundar la ciudad con la excesiva y dañina publicidad exterior.

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