DE: Presión

Por Alejandro Villegas…
El ciudadano Ignacio Mier le puso el cascabel al gato, estableció el 23 de noviembre como la fecha límite para que la oposición de su anuencia para aprobar la reforma electoral.
Sabe que de ello depende su futuro político, en concreto las posibilidades de que sea premiado con la candidatura a la gubernatura de Puebla, por Morena.
Planea y establece el horizonte ideal, calcula que la reforma electoral se presente al pleno el 28 de noviembre.
Y como plan B, las leyes secundarias se modifiquen antes del 7 de diciembre.
Como la lechera de aquella añeja fabula haces planes al aire, sin más sustento que sus anhelos.
De entrada, lo cierto y evidente es que Morena y sus aliados hagan uso del plan B, y junto con el ciudadano presidente se victimicen, y levanten la mano en señal de victoria.
De cualquier forma, la contienda presidencial de 2024 no se realizará en las condiciones ideales que esperaba el ciudadano presidente.
Y alguien tendrá que pagar el costo político.
En este contexto, en los próximos días, de aquí al 7 de diciembre el ciudadano Ignacio Mier hará gala de un protagonismo elocuente, con el que buscará hacerse de la candidatura a la gubernatura de Puebla.
Pero, para su desgracia, todo indica que los momios y tendencias, pero sobre todo el afecto de ya saben quién, no están a su favor.
Informe
El mensaje que el ciudadano presidente emitirá en ocasión del inicio de su quinto año de gobierno, será el marco de un relanzamiento de su permanente campaña política.
Buscará ser arropado de nueva cuenta por el pueblo bueno, para demostrar que es el rey de las movilizaciones.
Pero de ahí a que se mantenga como el gran líder social, en lo que resta de su administración, hay una enorme distancia.