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25 de noviembre de 2024 2:05 am
DE: Escenario

DE: Escenario

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Por Alejandro Villegas…
El escenario de la aprobación del Presupuesto 2023 era previsible. De hecho, no es distinto al que prevaleció antaño.
Las aprobaciones de los presupuestos del pasado, esa era de la historia del país que tanto crítica el ciudadano presidente en lo particular y la 4T en lo general, se realizaron al mismo son.
La única diferencia es que quien antes fue oposición ahora es como partido en el poder, con sus aliados en el Congreso de la Unión, ejerce el mayoriteo que, en su momento criticó, para pasar por encima de los argumentos y el cabildeo.
Y que, desde Palacio Nacional, el ciudadano presidente mantiene un discurso de victimización en donde no hay más propósito que la campaña permanente y la búsqueda del aplauso del respetable.
En este escenario la aprobación del presupuesto 2023 seguirá por la senda de los tiempos legislativos, dilatada pero segura.
En consecuencia, no queda más que apreciar el espectáculo gris que brindan los diputados federales, y la forma en la que a fin de cuentas habrá de sacarse adelante un presupuesto que aprobado con la mayoría de votos de Morena y sus aliados, solo debe transitar por los tiempos y procesos legislativos para formalizarse.
En tanto, en el escenario se han dejado de lado aspectos de fondo que tienen un peso innegable como la paridad peso-dólar, las eventuales variaciones del precio de barril de petróleo de exportación y las expectativas de recaudación.
Los legisladores de Morena y sus aliados, así como la oposición se han pertrechado en sus posiciones y han dejado de lado el campo de las eventualidades.
Pandemia
La expectativa en el campo de salud es complicada. La reconocida sexta ola de Covid-19 es un hecho más que anticipado.
En tanto, es cada día más evidente la relajación social, acompañada de una tibia alerta por parte de la 4T.
Incluso se habla de una tripledemia, pero todo indica que tanto la 4T, como la ciudadanía están dispuestos a aceptar el riesgo de un elevado volumen de contagios que, se quiera o no, de concretarse tendrá que tener un costo y un responsable.
A fin de cuentas, el pueblo bueno pondrá los enfermos y pagará el costo, de no mantener vigentes las medidas de previsión, o simplemente por no vacunarse.

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