DE: Candidatos

Por Alejandro Villegas…
Es mas que evidente que al ciudadano presidente le urge desviar la atención hacia otros actores políticos luego de la publicación de El rey del Cash.
Un libro que con o sin pruebas trae de nuevo al escaparate público las dudas sobre las fuentes de financiamiento que le permitieron al hoy ciudadano presidente mantener un ritmo de vida mas que decoroso y permanecer en campaña.
Evidentemente más de una ciudadana o un ciudadano quisiera saber el secreto para vivir con solo 200 pesos en la cartera y contar con los bienes que posee el ciudadano presidente.
Quién o quiénes, o cómo y de qué forma se allegó los recursos necesarios para la manutención personal y familiar.
Pocos creerán que la venta de sus libros que no se ven como de consumo masivo le hayan dejado los recursos necesarios.
Esa es una parte de la historia de su movimiento de la que no habla el hoy ciudadano presidente.
Hechos como los señalamientos que pesaron en contra de la hoy segura candidata de Morena, durante su gestión al frente de Texcoco, cuando se obligó de acuerdo a la información pública, a los servidores públicos a aportar parte de sus ingresos, exhiben parcialmente una operación de dudosa ética.
Uno de tantos episodios que a nivel de pasillo se difunden entre la sociedad, y que no pueden ser desatendidos.
Ese es el tema que busca superar el ciudadano presidente con acciones ridículas que sólo celebra su claque, como la difusión de una lista de eventuales aspirantes a la candidatura presidencial de la oposición.
A todas luces el uso de vitacilina es màs que prioritario en Palacio Nacional, por más que el ciudadano presidente trate de mantener la postura de seguridad y alegría, clásica del jugador de póker que pese a no tener juego busca proyectar seguridad.
Recursos
El ciudadano presidente sugiere recomponer la plana en lo que hace la destino de los recursos de cuentas inactivas.
Sugiere que sean para los más necesitados, asi en general y no para seguridad pública, con lo que de todas formas conservará el control sobre el destino de esos recursos.
Si verdaderamente quisiera que el dinero ocioso fuera para los más necesitados hubiera ordenado que la situación quedara como está y el destinatario fuera la beneficiencia pública.