Por Alejandro Villegas…
La imagen del país próspero y sólido que el ciudadano presidente trató de proyectar en el mensaje a la nación, en ocasión de la entrega de su Cuarto Informe de Gobierno contrasta con la terca realidad.
Las palabras alegres y la apreciación positiva chocan contra la realidad que viven día a día no pocas familias.
La solidez de la economía y las acciones para contener la escalada inflacionaria no se reflejan ni siquiera en los precios de los productos que componen la canasta básica.
Las carencias en clínicas y hospitales de medicamentos, así como una atención deficiente que prevalecen en el sector salud contrastan con las hasta ahora buenas intenciones de construir un sistema de salud del primer mundo.
En el campo de la seguridad la apreciación del ciudadano presidente encuentra una confrontación inmediata en los actos de violencia registrados en el pasado reciente en estados como Jalisco y Michoacán.
Además, de la percepción social de inseguridad que prevalece en no pocas localidades del país, ligadas a la permanencia de actividades ilícitas como el robo de combustibles.
El país de maravilla que aprecia el ciudadano presidente desde la comodidad de Palacio Nacional, contrasta con la apreciación social. Con los otros números, en este caso de la sociedad.
Ignorancia
El caso de la hoy ministra que fue criticada y exhibida como cómplice en la promoción de la liberación de presuntos culpables en el caso Ayotzinapa pone en evidencia que el ciudadano presidente propuso a una abogada para integrarse a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que puede no ser tan impoluta como se apreció en su momento, toda vez que hoy es señalada con dedo flamígero desde la tribuna mañanera.
El ciudadano presidente puede argumentar que ignoraba esa parte de la curricula profesional de la hoy ministra, pero eso no le exime se la responsabilidad de haberla propuesto.
No cabe duda de que, en su afán de amedrentar a los ministros de la Suprema Corte, el ciudadano presidente y su séquito lanzan lodo, aunque les salpique.
Por último, la proyección del número de quienes podrían quedar libres con la determinación de eliminar la prisión preventiva recuerda aquel cuento en el que se alertaba sobre la llegada del lobo para atemorizar a la población.
