Por Alejandro Villegas…
La determinación del ciudadano presidente de confrontar a la sociedad, permanece en casi todos sus eventos y discursos.
Más allá de un México unido, lo que el ciudadano presidente quiere es una sociedad sumisa y obediente, muy lejana de la sociedad crítica y demandante del gobierno cuya operación promovió y respaldo como opositor.
Las críticas no sólo al pasado y los conservadores, sino a los aspiracionistas y todo aquel que se oponga a sus designios como los ambientalistas, así lo demuestran.
Pareciera que el ciudadano presidente está dispuesto a llevar la expresión que establece que quién no está con él está en su contra hasta las últimas consecuencias.
Sin duda, el ciudadano presidente sería feliz si contara con una sociedad de corte sectario que lo viera como su mesías o líder espiritual.
Y, en consecuencia, cumpliera a pie juntillas todas sus indicaciones y se plegara a sus designios.
Pero para su desgracia, por más que Morena lo haya llevado a la presidencia con más de 30 millones de votos y gobierne al momento 22 estados, lo innegable es que son muchos las y los ciudadanos que no están de acuerdo con su proceder y lo desaprueban.
Puede esgrimir todos los números, balances, sondeos y encuestas que quiera, con resultados abrumadores o contundentes, pero siempre de manea invariable encontrará un sector opositor.
Ni modo, así es la democracia y México es una nación que se rige por normas y leyes democráticas, en donde existe el derecho a disentir.
Un ejemplo real, al momento, es la oposición que existe a la construcción del tramo 5 del Tren Maya que contra viento y marea prevalece, pasando por encima del argumento de que se trata de una obra de seguridad nacional.
Austeridad
La reunión del ciudadano presidente con su gabinete para hablar del paso de la austeridad republicana a la pobreza franciscana, arrojó más ruido que nueces.
No se hizo anuncio alguno sobre las medidas a adoptar, pero se dejó especular sobre ellas.
Pero no es la primera ocasión en la que habla de la pobreza franciscana, hace tiempo el entonces jefe de la oficina de la presidencia, el ciudadano Alfonso Romo, abordó el tema, por lo que en realidad no habría nada nuevo.
Ya es un tema más que hablado, con el que solo se van los bisoños de la política.
