Por Alejandro Villegas…
Gobernadores, representantes populares y funcionarios públicos, la 4T en conjunto que suscribieron el desplegado en el que se lanzan contra los consejeros del INE en lo que se aprecia como una avanzada para amedrentarlos e impulsar la reforma electoral propuesta por el ciudadano presidente, pueden mostrar su mayoría, pero se equivocan de ventanilla.
Bajo el título “Por la defensa de las libertades y la democracia”, los firmantes cuestionan la determinación de los consejeros del INE, en torno a los eventos que realizaron en el Estado de México y Coahuila, al tiempo que rechazan haber realizado actos anticipados de campaña.
Los firmantes buscan el respaldo popular, sin apegarse a los procedimientos establecidos en la materia. Buscan exhibir a los consejeros del INE como antidemócratas, en lugar de respetar los tiempos.
A todas luces las asambleas informativas realizadas en el Estado de México y Coahuila, a pesar de su denominación porque pueden llamarlas como quieran, pero fueron actos de promoción de los principales aspirantes a la candidatura presidencial y por supuesto a las respectivas gubernaturas de esas entidades.
El recoveco legal de llamar a las cosas por otro nombre no puede ser pretexto o argumento para evadir las normas.
En política la forma es fondo, no hay más. Si no quieren reconocerlo y prefieren escudarse en juegos de palabras o la necedad de no llamar a las cosas por su nombre, es su decisión, pero la verdad está ahí.
Las expresiones que suscriben quedan ahí, pero difícilmente convencerán a quienes son objetivos de que no incurrieron en actos anticipados de campaña.
En el plano del efectismo mediático y social, la publicación del desplegado puede apreciarse como un acto democrático, pero no pasa de ser una rabieta ocasionada por la aplicación de la norma y del trabajo del árbitro electoral que no se deja engañar
Por lo pronto, la publicación del desplegado, no tiene mayor peso que aquel que le quiera otorgar la claque de la 4T.
Traidores
El ciudadano presidente no perdió la oportunidad de calificar como traidores a la patria a todos aquellos que defienden otros intereses, en torno a la controversia que aprecian Estados Unidos y Canadá en la política energética de México.
Es claro que el ciudadano presidente aprecia al país, como su territorio económico y político, y trata de dejar de lado los compromisos asumidos en el plano internacional, como consecuencia de la globalización y el desarrollo mundial.
Lo que hay que tener presente es que la 4T participó de manera directa en la negociación de lo que hoy en el TMEC.
