Por Alejandro Villegas…
Los diferentes resultaron más que iguales. La determinación de continuar con las obras de Tren Maya pese a las restricciones legales y resistencia social, con el argumento de que la obra es de seguridad nacional así lo demuestra.
La determinación del Consejo de Seguridad Nacional, con el argumento de que se trata de vías férreas, hasta donde ha trascendido porque no se conoce el documento oficial, traslada la responsabilidad de la realización de las obras a las secretarías de Gobernación y Seguridad y Protección Ciudadana, primordialmente en el denominado tramo 5, sin dar a conocer los argumentos que sustentan el acuerdo.
En tanto, el ciudadano presidente arremete contra quienes califica como seudo ambientalistas y corruptos, haciendo alusión al pasado y el conservadurismo, además de aseverar que había pérdidas económicas derivadas de la parálisis de las obras, para rematar con la aseveración de que es dinero del pueblo.
Con esta acción el ciudadano presidente y el Consejo de Seguridad Nacional, pasan por encima no sólo de una determinación legal, sino de los opositores, sin el menor rubor.
La oposición social a la construcción del Tren Maya, guardadas las debidas proporciones, es similar a la que existió en San Mateo Atenco, en torno a la construcción de lo que sería una nueva terminal aérea o la que frenó por un largo periodo las obras del tren interurbano que conectaría al Estado de México y la Ciudad de México.
Acciones sociales que en su tiempo fueron respaldadas y hasta aplaudidas por la oposición, pero que en el caso del Tren Maya son minimizadas y cuestionadas en su esencia, por medio de la descalificación.
Sin mayor argumento o sustento, el ciudadano presidente habla de seudo ambientalistas y grupos de interés, en lugar de ser preciso y explicar a detalle cuáles son los pretendidos beneficios sociales del Tren Maya, que incluso a decir del INAH, hasta donde ha trascendido podría tocar parte del patrimonio y legado histórico que existe en la región.
La determinación del Consejo de Seguridad Nacional se suma a la adoptada previamente para establecer que no se podrían frenar las obras prioritarias de la 4T, sin duda un claro mensaje de que la 4T no entiende de razones, ni está dispuesta a establecer mesa alguna de diálogo. A fin de cuentas, el poder se hizo para ejercerse y ahora el ciudadano presidente lo tiene.
No cabe duda, el poder los hace iguales, diría un clásico.
Agua
El llamado del ciudadano presidente a refresqueras y cerveceras para que reduzcan su consumo de agua, para dedicar el vital líquido al consumo social, se traduce en un llamado a misa, una forma peculiar de escurrir el bulto y no tomar cartas en el caso de manera formal.
Evidentemente la solución de la escasez del agua, pasa por una adecuada distribución, pero aquí es donde el ciudadano presidente debe recordar que tiene en sus manos el ejercicio del poder y cuenta con instancias como la Conagua para regular y reordenar la extracción del vital líquido.
Consecuentemente, en lugar de hacer llamados en busca del aplauso del respetable, lo adecuado sería que la 4T actúe para regular y reencausar la extracción, consumo y uso del vital líquido, pero quizá el ciudadano presidente no lo hace porque los empresarios a los que alude no son el pueblo bueno, que todo aplaude y aprueba en consultas a mano alzada.
