Por Alejandro Villegas…
Lanzar acusaciones no es lo mismo que ser objeto de ellas. El ciudadano Porfirio Muñoz Ledo advirtió públicamente la existencia de contubernio entre la 4T y los grupos del crimen organizado, que involucra de manera directa al ciudadano presidente.
Una acusación que mancha la imagen del ciudadano presidente, que explica de manera indirecta el trasfondo de la política de abrazos, no balazos, y tuvo una reacción inmediata desde la tribuna de Palacio Nacional.
El ciudadano presidente calificó la acusación de una acción temeraria y sin fundamentos, amén de aludir a la edad del ciudadano Porfirio Muñoz Ledo, como elementos para desestimar el señalamiento.
Pero al hacerlo, por desgracia, no se miró en un espejo. Ni recordó el contexto de diversas acusaciones que ha realizado a lo largo de su gestión, de manera temeraria y sin prueba alguna, lo que, es más, sin denunciar como debiera ante las autoridades correspondientes.
Evidentemente, como advierte la vox populi, quién las hace no las tolera.
El hoy inquilino de Palacio Nacional debe tener claro que no es poseedor del monopolio de las acusaciones temerarias y sin fundamento o prueba alguna.
Desde su tribuna descalificó al ciudadano Porfirio Muñoz Ledo, pero con toda seguridad no se atreverá a confrontarse de manera directa con él, porque como asevera, el añejo político lo conoce muy bien.
El ciudadano Porfirio Muñoz Ledo forma parte de quienes durante años estuvieron en el mismo frente de batalla del hoy ciudadano presidente, y con el tiempo por diversas circunstancias terminaron por establecer una sana distancia.
Embestida
La nueva embestida del ciudadano presidente contra la ciudadana periodista Carmen Aristegui, por la entrevista que sostuvo con el ciudadano Francisco Labastida, en la que el político señaló que en 2018 el PRI ayudó al entonces candidato de Morena a la Presidencia para obtener más votos, sólo pone en evidencia lo delicado de la piel del inquilino de Palacio Nacional.
Arremete contra el mensajero, y trata de descalificar su trayectoria profesional, en lugar de confrontar de manera abierta a la fuente del señalamiento.
Sin duda, el ciudadano presidente, tiene como su principal arma la afamada operación saliva, pero sólo le funciona bien sólo con sus seguidores e incondicionales.
