Por Alejandro Villegas…
La determinación del ciudadano presidente no es casual o nueva. No se trata de un movimiento aislado, como pretende proyectarlo, sino más bien de una tendencia internacional marcada por la administración estadounidense, que está por determinar el fin del cambio de horario.
Con ello, dejarán de existir los horarios de verano e invierno, pero en principio en el territorio de Estados Unidos, en donde se observan varios husos horarios, lo que quiere decir que las diferencias en horario se determinarán por la posición geográfica, en razón de los husos horarios.
En ese sentido, la propuesta del ciudadano presidente que se centra en desestimar los ahorros en términos económicos, para subrayar las afectaciones a la salud, no hace sino alinearse con la tendencia internacional.
Aunque no precisa, la forma en que se conducirán los Estados Fronterizos, que tradicionalmente en México, se han alineado con los horarios que rigen en el país vecino.
De cualquier forma, la genialidad que representa la propuesta del cambio de horario, planteada por el ciudadano presidente obedece una determinación que planteó y está a punto de concretar el gobierno estadounidense.
Cualquier otro argumento, se aleja de la realidad.
Vapeadores
El decreto del ciudadano presidente que prohíbe la venta de vapeadores y cigarros electrónicos, es adecuado, pero sin duda deberá enfrentar la resistencia de un sector de la sociedad que cuenta con esos productos y los utiliza.
Además de representar un golpe económico, para quienes los producen, afecta la libertad de quienes los consumen.
Lo malo, dirán algunos es que el ciudadano presidente no se lanza con la misma determinación en contra del cannabis, los cigarros de tabaco, las cervezas y las bebidas alcohólicas, en general, que en alguna medida también afectan a la sociedad.
Sin duda, se puede esperar un debate al menos mínimo, sobre el particular.
