DE: Desesperación

Por Alejandro Villegas…
La desesperación de la 4T ante la apatía ciudadana por participar en la consulta de revocación de mandato se plasmó claramente en el acuerdo aprobado por el Legislativo que faculta a funcionarios públicos de la administración federal a realizar proselitismo abierto para que la colectividad participe en la jornada del 10 de abril.
No hay duda, los legisladores federales tuvieron en auto enmendarse la plana, para corregir el rumbo y evitar con ello sanciones por parte del árbitro electoral, que hasta el momento simple y sencillamente se ha ceñido a lo aprobado.
Fueron los propios legisladores y no los consejeros del INE, quienes establecieron los lineamientos que prohibían incluso al ciudadano presidente promover la participación ciudadana en la consulta de revocación de mandato.
La aprobación del acuerdo legislativo, sin duda será festejada por el ciudadano presidente, quien evidentemente de inmediato se pondrá al frente del escuadrón de funcionarios de la 4T que llamarán al pueblo bueno a participar en la consulta de revocación de mandato.
Lo bueno en este caso, es que como sociedad podemos constatar que las prisas y falta de profesionalismo en la actuación, siguen permeando en el Legislativo, que al menos en este caso dejaron pasar una pifia, como sucedió en pasado cuando desde la oposición de les llamaba levanta dedos, y ahora tuvieron que enmendar la plana.
Periodistas
La acre respuesta de la 4T al Parlamento Europeo, ante la recomendación emitida en torno a la labor periodística en México, en concreto por los asesinatos que han tenido lugar en el país permite apreciar el radicalismo de la 4T.
Las expresiones plasmadas en el comunicado oficial están lejos de corresponder a un gobierno democrático, más bien se aprecian como la expresión de una administración dictatorial, que no tiene más recurso que la descalificación.
La carencia de tolerancia, es un signo inequívoco de enojo. Ojalá que en este caso la 4T mostrara la misma mesura y objetividad que la que trata de imprimir en el caso del conflicto Rusia-Ucrania.