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23 de abril de 2024 8:22 am
AMLO VISITA A BIDEN

AMLO VISITA A BIDEN

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Antonio TENORIO ADAME

El próximo jueves 18 de noviembre tendrá lugar la entrevista de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, con el de los Estados Unidos, Joe Biden. Pronto serán cien las entrevistas, y la pregunta: ¿Cuáles son sus beneficios?

A diferencia de la abrumadora frecuencia de dichos encuentros se advierte que los saludos personales con los presidentes de Guatemala han sido solo dos, en el régimen de Miguel Alemán y en el de Adolfo López Mateos.

POR LA NEGATIVA

En la diplomacia se considera que los encuentros entre Jefes de Estado son el más alto nivel de relación, donde se asumen decisiones de interés nacional.

El primer intercambio presidencial entre México y los Estados Unidos, descontado el de Santa Anna con Andrew Jackson por su sometimiento de prisionero de guerra en 1836, los presidentes de México Porfirio Díaz y William Howard Taft, un año antes del inicio de la Revolución, 1909 (¿premonitorio?) y no volvieron a repetirse hasta 1924 con el encuentro de Plutarco Elías Calles con Calvin Cooldige.

Es en esa ocasión donde se descubren los motivos que inspiraron a los presidentes de allende el Bravo a los encuentros con sus pares mexicanos:

A.           Refrendar la legitimidad, ya que Elías Calles guardaba la condición de presidente electo, no había asumido el mando constitucional de rigor. En lo sucesivo también se dará en sentido inverso, desde la Unión Americana.

B.            Antecedente constitucional, como se advierte no había transcurrido aún el primer decenio de jurada la Constitución de 1917, donde se fundamentaba la propiedad originaria de la Nación, consecuentemente los bienes territoriales y petroleros fueron afectados severamente.

C.            Antecedente sobre Tratados Internacionales; la muerte de Carranza y el ascenso presidencial de Álvaro Obregón, la Casa Blanca postergó el reconocimiento diplomático al nuevo gobierno, no fue hasta la firma de los Tratados de Bucareli que se reestablecen relaciones entre ambos países, ahí el gobierno mexicano aceptó la cláusula retroactiva del 27 constitucional.

POR LA AFIRMATIVA

El presidente López Obrador definió los objetivos de su visita a Washington como: “aprovechar las ventajas comparativas que brinda el TMEC”, se pretende “formar un frente como bloque a otros mercados regionales”. De tal manera se reactivará la economía, los empleos y el bienestar. La reunión dispone a más de la entrevista bilateral, la inclusión de otros encuentros con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

El planteamiento esbozado por AMLO coincide con otros similares que en el pasado hicieron presidentes mexicanos ilusionados en la transposición de resultados basados en los logros de Estados Unidos. Ahí faltó la mesura de incluir los propios y no privilegiar el objetivo del superior.

Es factible concluir que en repasar la experiencia de la centenaria lista de entrevistas prevaleció la intención de suavizar los engranes de la diplomacia junto con garantizar los bienes e inversiones de USA disponibles en el mercado mexicano.

Dentro de este periodo se registra una entrevista más entre Pascual Ortiz Rubio y Herbert Hoover, en diciembre de 1929. Enseguida se abre una pausa hasta el régimen de Manuel Ávila Camacho en 1941.

Respecto a la entrevista de Ortiz Rubio-Hoover, se desarrolló sin mayores incidencias, pese a que el Gobierno Mexicano se enfrentaba al desafío de la guerra cristera.

Durante el lapso conocido como “Maximato”, como tampoco durante el sexenio de Lázaro Cárdenas se presentaron los encuentros del nivel presidencial.

En cambio, la entrevista Manuel Ávila Camacho con Franklin D. Roosevelt ocurrida en abril de 1943, marca su gran calado en el significado del mayor conflicto armado, la Segunda Guerra Mundial.

Hasta aquí se han mostrado los orígenes de la diplomacia entre nuestros países, a escasos 8 años por venir se cerrará un siglo donde el tono, y dirección diplomática, muestra modificaciones que vamos a relatar, en la que resalta la firma del TLCAN entre Carlos Salinas de Gortari y George Bush en 1994.

Como es de suponer, este examen nos lleva a conocer el grado de defensa del “interés de la nación” que cada presidente de México supo imprimir para defender a la nación.

Y la postura de AMLO ¿es correcta? Vale la pena saber.

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