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22 de diciembre de 2024 12:47 pm
El periodista, la profesión y el peligro

El periodista, la profesión y el peligro

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Este 8 de septiembre se cumplirán 78 años del homicidio de Julius Fucík, el periodista checo asesinado por la Gestapo en 1943, en cuyo honor la entonces Organización Mundial de Periodistas estableció esta fecha como el Día Internacional del Periodista. Casi ocho décadas después no puede decirse que el periodismo haya dejado de ser una profesión de alto riesgo. Lo sigue siendo: en la década reciente (2011-2020) han sido asesinados en el mundo 937 periodistas.

En su Balance 2019, Reporteros Sin Fronteras (RSF) detectó datos relevantes: por primera vez en 16 años, el número de periodistas asesinados fue de 53, muy por debajo del promedio anual de 80 que prevaleció en los diez años anteriores.

Hizo notar también que “en 2016, 58 por ciento murió en zonas de conflicto armado, mientras que, en la actualidad, la proporción de periodistas asesinados en zonas devastadas por la guerra (Siria, Yemen) o plagadas de conflictos de media o baja intensidad (Afganistán, Irak) se sitúa en 32 por ciento. (Esto significa que) 68 por ciento de los homicidios de periodistas ocurrió en países en paz, como México (8), India (4), Pakistán (4), Filipinas (3) y Honduras.”

En 2020, cuando 50 periodistas fueron asesinados, se repitió el mismo patrón:más víctimas en países en paz que en zona de guerra.

ChristopheDeloire,secretario general de RPS, alerta que “cada vez más periodistas son asesinados debido a su labor periodística en países democráticos, lo que constituye un verdadero desafío para esos países”.

Por otra parte, en 2019 y 2020 el número de periodistas en prisión por motivos de su oficio fue casi de 400. La mitad de estos periodistas detenidos arbitrariamente están en prisiones de tres países: China, Egipto y Arabia Saudita. Específicamente, un tercio de ellos están presos en China. Aunque el Balance de RSF no detalla las razones, informa que 17 de los periodistas están en prisión por su cobertura de la pandemia de Covid-19.

El riesgo propio del periodismo es que sus profesionales suelen observar los acontecimientos en primera línea, por lo que cuando surge la violencia u otra eventualidad siempre será posible que los alcancen las bombas, las balas, el fuego, la explosión, el derrumbe.

Pero no es por ello que el periodismo es ahora en algunos países una de las profesiones más peligrosas, no al menos más que muchas otras; lo que lo ha hecho tan arriesgado es que, incluso en regímenes democráticos, hay actores políticos, empresariales o delincuenciales que combaten la información con violencia, desde amenazas hasta atentados.

No es entonces que el ejercicio del periodismo sea peligroso por sí mismo; lo es porque hay para quienes la información pública es peligrosa y, carentes de escrúpulos, actúan por la vía criminal, y en la mayoría de las ocasiones, infortunadamente, con impunidad.

POR MAURICIO FARAH
SERVICIOS ADMINISTRATIVOS DEL SENADO Y ESPECIALISTA EN DERECHOS HUMANOS
@MFARAHG

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