Por Luis Muñoz…
Todas las señales de alarma sobre el calentamiento global son ensordecedoras y las pruebas son irrefutables. Las voces de los científicos son unánimes en observar que el clima está cambiando en todos los rincones del planeta a una escala no vista en miles y hasta cientos de miles de años.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático señaló en su reciente informe que la mayoría de los gobiernos del mundo coinciden en que algunos de esos cambios en marcha serán irreversibles…
Los expertos demuestran que las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas son responsables de un calentamiento del planeta en 1.1° grados centígrados desde el periodo 1850-1900 hasta la actualidad.
Pero advierten que “más alarmante es el hecho de que el estudio predice que se espera que la temperatura global alcance o supere los 1.5 °C o más de calentamiento en los próximos 20 años.
Cabe señalar que esta evaluación se basa en el conjunto de datos recogidos por todos los científicos del mundo dedicados a observar el clima. Es un código rojo parra la humanidad.
Pero aún hay tiempo para minimizar el impacto, aseguran optimistas los expertos. Están de acuerdo que “una reducción enérgica y duradera de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero pueden limitar la magnitud del cambio climático”.
Según los cálculos de los científicos, esas reducciones pueden tener beneficios rápidamente para la calidad del aire, pero puede tomar entre 20 y 30 años hasta que las temperaturas de la Tierra se estabilicen.
Una de las novedades del documento son las nuevas estimaciones sobre las probabilidades que existen de cruzar el nivel de los 1.5 grados de calentamiento en las próximas décadas y revela que, a menos que haya una inmediata reducción a larga escala de los gases de efecto invernadero, limitar la subida de la temperatura media de la Tierra a esa barrera o incluso a la de los 2° será imposible de alcanzar.
Respecto al citado código rojo para la humanidad, el secretario general de la ONU, António Giterrez, dijo que las señales de alarma son “claramente ensordecedoras”.
Guterres señaló que el umbral de calentamiento global acordado internacionalmente de 1.5 grados por encima de los niveles preindustriales estaba “peligrosamente cerca”. Y advirtió: “Corremos el riesgo inminente de alcanzar los 1.5 grados a corto plazo. La única manera de evitar que se sobrepase este umbral es redoblar urgentemente nuestros esfuerzos y perseguir la vía más ambiciosa”.
“Debemos, dijo, actuar con decisión ahora, para mantener vivo el umbral de los 1.5 grados”.
Explicó que las soluciones están claras: “Las economías inclusivas y verdes; la prosperidad y un aire más limpio, junto con una mejor salud, son posibles para todos, si respondemos a esta crisis con solidaridad y valor”.
LOS CAMBIOS OBSERVADOS AHORA
Intensificación del ciclo del agua, lo que significa lluvias más intensas, inundaciones y sequías más pertinaces. Cambio en los patrones de lluvias. En las latitudes altas, la precipitación posiblemente aumentará, mientras que se proyecta que decrezca en las zonas subtropicales.
Las áreas costeras verán continuar la subida del nivel del mar a lo largo del siglo XXI, lo que contribuirá a mayores inundaciones en las zonas más bajas y a una mayor erosión. Los fenómenos extremos costeros que antes se producían cada cien años, ahora se registrarán cada año.
En las ciudades, algunos aspectos del cambio climático se verán aumentados, como un calor más intenso.
2 MILLONES REQUERIRÁN ALIMENTO
Un futuro poco alentador: para 2050 será necesario alimentar a 2 mil millones de personas en el mundo, por lo que el campo debe estar preparado con soluciones eficientes, sustentables e innovadoras que permitan hacer frente al porvenir.
Para ello, se habla de las nuevas tecnologías aplicadas a la maquinaria de punta que se utiliza en la producción de alimentos y la digitalización de la agricultura, un proceso que en crecimiento, provoca que el campo aspire a avanzar hacia la agricultura 5.0, una tendencia que hace uso de máquinas autónomas, aumento de la conectividad y el Internet de las Cosas (IOT).
México cuenta con 32.4 millones de hectáreas destinadas para la cosecha, razón para impulsar el campo a través de soluciones innovadoras, de acuerdo a la Encuesta Nacional Agropecuaria.
