Select your Top Menu from wp menus
21 de noviembre de 2024 9:00 pm
Inflación y crecimiento

Inflación y crecimiento

Compartir

Por Octavio Campos …

Los grandes retos que debe enfrentar nuestro país en el 2022 son la reactivación económica, la creación de empleos, el control de la inflación y sobreponerse a la volatilidad de los mercados que se vivirá en este segundo semestre. Una buena política hacendaria y la autonomía del Banco Central serán determinantes para lograr el verdadero desarrollo.
Pronósticos optimistas hablan de un crecimiento para este año de alrededor del 5 por ciento, las estimaciones oficiales llegan a poco más del 6 por ciento. Las perspectivas están basadas en el comportamiento de la economía post pandémica, de los efectos positivos de la recuperación norteamericana -nuestro mayor socio comercial- y de su mercado, de un mejor comportamiento de la industria nacional, del control inflacionario, del fortalecimiento del consumo interno y el blindaje sobre presiones externas.
Todo ello suena muy bien, pero hay que recordar que llevamos dos años de decrecimiento económico, incluso el año pasado fue superior al -8 por ciento, por lo que, de llegar a una mejoría del 5 por ciento, estaríamos tres unidades todavía por debajo de lo logrado en 2018. Para los analistas, la crisis del 2020 solo es equiparable a la que se vivió en 1931 en nuestro país.

Cierto, la industria nacional se reactiva y genera nuevamente empleo, sin que para este ejercicio se recupere el millón que se perdió el año pasado; otra desventaja es que no necesariamente se han cubierto las vacantes en la planta laboral formal ni son los mejor remunerados. La informalidad sigue siendo lamentablemente el motor del comercio y talón de Aquiles de las autoridades tributarias.
El gobierno ya anunció que su reforma fiscal no implicará nuevos impuestos, lo cual significa que los ingresos públicos saldrán del contribuyente cautivo y del pago de grandes deudores. Pero esa bolsa millonaria por defraudación fiscal tendrá un fin y ello dificultará el financiamiento de los programas clientelares, blindados constitucionalmente. El gobierno se ha acabado todos los recursos de fondos y fideicomisos, absorbido los presupuestos de desaparecidas dependencias, utilizado los ahorros de una mal entendida austeridad republicana y hasta se engaña con creer que las remesas son dinero que se puede utilizar.
La administración federal enfrenta ahora una inflación superior a la prevista, el alza de precios de ciertos bienes y servicios y la volatilidad de los mercados, lo que desincentiva el crecimiento.
La fórmula para lograr el desarrollo, según Agustín Carstens, ex gobernador del Banco de México y gerente general del Banco de Pagos Internacionales, es fomentar la inversión y la competencia económica, además de controlar la inflación e ir más allá de la política fiscal y monetaria. Para ello es importante la autonomía del Banco Central, el cual -reconoce el ex secretario de Hacienda-, ha jugado un papel fundamental para controlar la inflación en este periodo de crisis. Preocupa que con el cambio de dirigente en el Banco de México a fines de este año se pierda la independencia de esa institución y sea más vulnerable a las presiones gubernamentales. Hay que recordar las intentonas para que el organismo financiero se prestara al lavado de dólares, se le exigiera el pago de remanentes inexistentes para financiar programas asistenciales y no se dude, al carecer de cash para apoyar a viejitos y “ninis”, se querrá hacer uso de las reservas internacionales.
No es nada halagüeño el futuro inmediato en materia económica y mientras no haya una política hacendaria congruente con los ingresos del país y su mejor distribución, no se fomente la inversión privada y extranjera, no se aliente la creación de empleos ni se respete la autonomía del Banco de México, no saldremos del bache en que estamos desde hace tres años, lo cual ha impedido integrarnos a la economía global.

Related posts