DE:Herencias

Por Alejandro Villegas….
La ciudadana presidenta tiene temas heredados que ha asumido como propios, ligados a discursos que parecen anacrónicos, pero para ella productivos en términos de imagen por más que sea estéril abordarlos.
En primer lugar, la insistencia en sostener que España debe pedir perdón por lo sucedido en la etapa histórica de la conquista, con una posición cerrada que exhibe su fidelidad a ojos cerrados ante la figura del machuchón mayor. Un discurso anacrónico, que exhibe cerrazón.
El perdón o las disculpas no llegarán, desde el principio la posición de España fue clara y precisa, pero no se acepta porque mantener la línea marcada y apegarse a discurso dictado, se percibe como útil en términos de propaganda.
En el mismo sentido, se ubica la desgastada y estéril solicitud para que Estados Unidos informe sobre la forma en que se capturó a el Mayo Zambada y en su caso cómo fue extraído del territorio nacional.
Además, del evidente cuestionamiento verbal hacia el pasado, sin exhibir más pruebas que lo expresado, en tanto se exige con severidad verbal pruebas sobre las presuntas anomalías cometidas en el presente.
Y de manera abierta, se extienden exoneraciones de los presuntos responsables.
Como se quiera ver lo evidente es el apego al guion y la estrategia dictados, sin cambiarle un ápice, y ello deja en claro que una cosa es recibir como parte de una parafernalia apócrifa un bastón de mando y otra muy distinta tener el control de los hilos del poder.
O bien recuerda aquella expresión de “mandar obedeciendo”.
Pacificación
El ciudadano Omar García Harfuch asegura que se puede pacificar a Sinaloa. Comparece con serenidad ante el Legislativo, pero no establece planos, ni se atreve a presentar un diagnóstico claro de las verdaderas dimensiones y alcances de los grupos del crimen organizado y los cárteles.
A ojos cerrados, lo evidente es que acciones hay, así como objetivo, pero a un año de distancia al menos en el caso de Sinaloa, no existe plazo, ni diagnóstico claros.