Por Silvia Montes….
CON FRIVOLIDAD cada vez más pronunciada se enfrentan un gobernador y un equipo que hablan de paz entre desaparecidos y carreteras de municipios cuyo cielo se enturbió con el fuego, el humo y el temor extremo mostrando un rostro decadente imposible de ocultar.
SE ENFRENTÓ la contingencia con expresiones que no convencen absolutamente a nadie y que ponen en evidencia el débil discurso de incondicionales como los que hemos visto en una glosa en la que van y vienen personajes que le deben demasiado a los zacatecanos.
UN GABINETE anodino y perdido donde varios se dan el lujo de la soberbia, sigue demostrando que no hay respuestas coherentes a las interrogantes que han presentado algunos diputados que sí llevan la voz de la gente a diferencia de los oficiales de la comparsa.
AUSENTE como es su costumbre, David se refugia en una suerte de ignominia decretando calma cuando aún nadie se recupera del horror que atrapó a personas despojadas de sus pertenencias para luego incendiar los autobuses en que se transportaban.
UN GOBERNADOR de este tamaño ya no alcanzó a entender que su obligación mínima es salir a dar la cara y trasmitir un respaldo cierto y sustentado en hechos antes que en cifras maquilladas que se encarga de difundir un sustituto que no trasmite tampoco mínima tranquilidad.
INDOLENTE, según el diccionario, es el que se niega a actuar en los deberes o en lo que requiere esfuerzo, son personas apáticas y perezosas que no se conmueven ni se afectan fácilmente ¿Le hace sentido respecto a quien dice gobernar el estado?
A LOS INCENDIOS de unidades motrices acudieron con un supuesto protocolo para estos casos que se antoja desfasado y rebasado, dando al traste con el lugar de privilegio que ocupamos como entidad segura. Semejante episodio se contrapone con esa afirmación.
OCURRIDOS simultáneamente en varios puntos del territorio estatal, los ataques – si en efecto fueron una reacción a los golpes que las corporaciones han dado al crimen organizado-, éste nos vino a recordar que sigue fuerte y decidido a desestabilizar.
EN ZACATECAS estamos cansados y contrariados con un gobierno que no convence. Si en verdad hay avances en la pacificación, cuesta creerlo mientras quien debiera ejercer un liderazgo firme que inspire confianza se oculta cada vez que un acontecimiento cimbra nuestra cotidianidad.
QUE ARDIÓ un número determinado de vehículos ya quedo en el nuevo registro de la incredulidad que nos agobia y que le impide a la autoridad estatal convencernos de que vamos bien, que somos la sociedad de la paz, el bienestar y el progreso.
SIN REMEDIO avanzamos hacia la mayor desilusión de que tengamos memoria respecto al quehacer gubernamental. La glosa y los actos vandálicos sólo generan rechazo. En el primer caso porque nos pintan una entidad inexistente y en el segundo porque nos recuerdan nuestra realidad.
