Por Luis Sunderland Méndez….
La debilidad presidencial cada día es más evidente que la presidente Sheinbaum no tiene la sartén por el mango y que está encapsulada dentro de un armazón que le dejó su antecesor, enquistados en el Ejecutivo, el Legislativo y en su propio partido político.
Los comportamientos del junior de la 4t, los líderes de las cámaras e incluso de miembros de su propio gabinete, que se supondría que estarían bajo su directriz, la han dejado muy mal parada ante una parte importante de la opinión pública nacional e internacional; pareciera que hay una conspiración en su contra, que nace del partido que la llevó al poder.
La oposición contra su administración es creciente, y según nos comparte el columnista Salvador García Soto, miembros de los partidos antagónicos al bloque oficial, están más que activos cabildeando con las autoridades estadounidenses, sobre todo con la oficina del secretario de Estado, Marco Rubio, documentando todas las ilegalidades en las que incurrió López y las de Sheinbaum.
Parece ser que el segundo obsequio a nuestros vecinos del norte, de enviarles a 26 reos de alta peligrosidad, no será suficiente para ralentizar las acciones que ya el presidente Trump y su equipo, tienen pensado emprender en nuestro territorio.
A pesar de que Sheinbaum dice que una invasión nunca pasará, porque somos un país soberano y no lo va a permitir, el señor Trump emitió ordenes muy específicas al Pentágono de desarticular y destruir a los cárteles mexicanos y venezolanos con sus fuerzas de mar, tierra y aire, para ubicarlos –el pasado miércoles en Tejupilco y Valle de Bravo- por medio de un dron del ejército norteamericano, que incluso Omar García Harfuch aclaró que había sido a petición de él mismo. “Ajá”, más bien, esta maniobra de inteligencia, está dentro de “los acuerdos” entre ambos gobiernos.
La decisión de Trump está tomada y en marcha, esto no significa que veamos a tanques en nuestro territorio, los primeros que saldrían mal parados serían ellos mismos, así que la orden presidencial será utilizando su alta tecnología militar e incluso con alguna intervención quirúrgica desde el aire o el mar, no olvidemos a los buques de guerra que nos rondan ya desde hace algunas semanas.
Los estadounidenses saben muy bien de las reuniones en el estado de Chiapas entre personajes iraníes, venezolanos, miembros de Al Qaeda y Hezbollá, con capos de cárteles mexicanos. Esto no es solo grave para nosotros, sino para ellos que sienten que los tienen rondando su frontera, por eso han militarizado la franja fronteriza, así que no es solo protegerse del trasiego de fentanilo, sino de la entrada de esa clase de indeseables visitantes.
“Por San Juan, también hace aire”, la falta de respeto a la Constitución es aquí y allá, Trump también es de los que dicen que no le digan que la ley, es la ley. Está dispuesto a destruir todo lo que se le atreviese o le estorbe para hacer lo que sea su voluntad.
Su problema es la edad y su deteriorado estado de salud, si no, él estaría dispuesto a cambiar la Constitución y reelegirse para uno o más cuatrienios. Ya se le metió en la cabeza el país en el que quiere convertir a los Estados Unidos, y lo demás no le importa. El año pasado el Supremo le obsequió la completa impunidad al dictaminar que el Presidente no puede ser juzgado por alguna decisión que tome estando en el poder.
Así, nosotros vivimos en un mar de inconsistencias, sin saber cuál es el escenario correcto, vemos un gobierno excluyente, indisciplinado e incompetente que nadie le hace caso a la presidente, porque saben que el que manda vive en Palenque y ella tiene mucha culpa de eso. Cada vez que puede grita: que se oiga hasta allá, “es un honor estar con Obrador”.
Se le está acabando el tiempo y ya escogió a que bota obedecer, mientras, ella sigue tratando de quedar bien con su jefe.
