Por Alejandro Villegas..
La demora que hay entre el momento en que la ciudadana presidenta recibió la propuesta de que fuerzas estadounidenses ingresaran a territorio mexicano para combatir a los grupos del crimen organizado y la exposición que realizó, es cuestionable.
En este caso la inmediatez entre el hecho y su exposición pública es vital.
Por supuesto que la actitud de enarbolar la bandera del nacionalismo y la defensa del territorio, es consistente, pero quizá no compartida por quienes habitan estados como Sinaloa en donde la presencia de los grupos criminales es evidente.
La percepción de que no se habló con claridad desde el primer momento, por parte de la ciudadana presidenta es más que evidente y en torno a ella habrá toda serie de especulaciones y escenarios.
Obviamente, el ciudadano presidente 47 no tuvo empacho en reconocer que hizo la propuesta y señalar que la ciudadana presidenta le tiene miedo a los grupos del crimen organizado.
Postura que le permite proyectar ante sus seguidores la imagen de un mandatario comprometido con el combate al crimen organizado y el trasiego de drogas.
Nunca será lo mismo, actuar de manera clara y oportuna que reservar información, sobre todo cuando se trata de temas sensibles.
En consecuencia, queda claro que no todos los temas que se han tratado en las llamadas telefónicas entre la ciudadana presidenta y el ciudadano presidente 47 son del conocimiento público. Y cada cual cuenta, en su momento, la versión que le resulta más conveniente sobre los temas.
Impugnación
La impugnación promovida por los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, sobre varios candidatos que participarán en la elección del 1 de junio deja en claro que se procedió a toda prisa, incluso mediante la afamada tómbola, sin revisar a conciencia que se cumpliera con los requisitos más elementales, por lo que el proceso se quiera o no, está manchado de origen.
Pueden ser sólo 26 los candidatos involucrados, pero podrían ser más.
