Luis Sunderland Méndez…
En los últimos años, los mexicanos han dado muestras de estar más enterados del
acontecer nacional e internacional; se interesan más por los sucesos políticos,
sociales y económicos; no son la mayoría, por el contrario, son los menos. Buscan
la manera de hacerlo, no solo por encimita, como lamentablemente acostumbra la
mayoría de la gente que está inmersa en sus tareas habituales que todos tenemos
para enfrentar la lucha por la sobrevivencia.
Algo bueno hizo López, puso en un primer plano a los más desprotegidos, los hizo
visibles, son millones de mexicanos que inician su jornada laboral, sin ningún
alimento en el estómago, eso sirvió para que los que no estamos en esas
condiciones extremas, hiciéramos un poquito de conciencia de esta lacerante
realidad nacional.
Pero la realidad es que ni López ni Sheinbaum han hecho la tarea completa, se
quedaron muy al principio; los programas sociales han servido para darles la
oportunidad de solventar, de forma muy precaria, algo de sus más básicas
necesidades; no los saca de la pobreza, ni tampoco les brinda una buena atención
médica, ni siquiera medicamentos ni vacunas contra el papiloma humano,
tosferina, varicela y sarampión -gracias al criminal Gatell, tardaremos años para
regresar al nivel del 2018-; no apoya a cientos de miles de madres solteras;
tampoco López volteó a ver a las organizaciones de madres buscadoras y
similares, apenas ahora la secretaria de Gobernación lo ha empezado hacer.
Los programas sociales han hecho que la clase desprotegida esté con Morena, el
beneficio que recibe con las pensiones del Bienestar es vital para ella y debe
comprenderse. Lo grave es que a ellos solo les importa la dádiva y ni se enteran
que el país está instalado en una recesión que pone en peligro todo, entre otras
cosas, la continuidad de sus pensiones.
La clase política en el poder afín a la 4t, formada con viejos políticos emanados
del PRI, PAN, PRD, PT y del Verde, y que junto a la nueva hornada de
improvisados y sin preparación alguna de Morena, solo les interesa las
prerrogativas, es decir, el dinero y el poder, a cambio de apoyar el proyecto de la
4t; lo que le pase a sus representados ni por asomo les importa.
También está lo que queda de oposición, tratando de cambiar las cosas, pero
fracasa una y otra vez. Ojalá que los nuevos intentos por crear una nueva
oposición, nos permita que entre todos surja un gobierno con sentido común que
deje atrás el presidencialismo exacerbado que nos ha destruido y que busque un
nuevo camino como que nos lleve a una real división de Poderes de nuevo.
En democracia se escuchan todas las posturas, aquí eso no se nos da. La
ambigüedad de Sheinbaum niega siempre las críticas, imitando a su mesías; pero
en los hechos, da muestras diferentes, ella señala las carencias y errores de la
administración del macuspano, no sé si obligada por Trump o porque ya quiera
emanciparse, pero ha actuado y combatido frontalmente a los cárteles. Tuvo que
reconocer ante los empresarios inversionistas que su administración no cuenta ya
con recursos y pidió apoyo. ¿Se lo darán después de ver por dónde se pasó al
Estado de Derecho con la reforma judicial?
En este circo, la sociedad mexicana está fragmentada, la distancia entre nosotros
es muy grande e irreconciliable. La información que predomina, es la que le
conviene al gobierno, pocos dicen la verdad y no sabemos quién.
López y su círculo -Sheinbaum incluida-, tienen 110 expedientes abiertos en
Washington; pero aquí todos son intocables; la presidente distrae torpemente con
dichos contra Calderón, mientras sepulta a la transparencia y pretende acabar
ahora con la propiedad privada. Al igual que López, dice: “no somos iguales”, pero
la verdad es que son peores.
