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4 de julio de 2025 11:31 pm
DE: Serenidad

DE: Serenidad

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Por Alejandro Villegas…
Esperar al dos de abril para que Estados Unidos establezca si mantendrá o no los aranceles para México, parece una reacción arriesgada, que puede ser uno de los planes anunciados que se antoja inadecuado.
La inacción ante la acción, ligada a la pretensión de dialogar con quienes no tienen la capacidad de decidir si Estados Unidos respetará o no los compromisos establecidos en el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá, se aprecia como un auto engaño y una sinrazón más que obvia.
Por donde se quiera ver, más temprano que tarde el ciudadano presidente 47 terminará por anticipar la renegociación del TMEC, y al momento está dispuesto, como lo ha demostrado a ignorar y pasar sobre lo establecido.
Las razones que entiende y escucha el ciudadano presidente 47 no emanan de palacio nacional ni de las pretendidas reuniones de negociación, sino de los mercados de valores y los inversionistas.
En tanto que, del lado mexicano, brillan por su ausencia la adopción y existencia de los planes A, B, C, D y hasta E.
Es por demás evidente que en palacio nacional se percibe como arriesgado, tomar acciones que pudieran considerarse como el inicio de una guerra comercial con Estados Unidos, por lo que se optó por tratar de conservar la figura y soportar la imposición de aranceles, sin una respuesta inmediata, a la espera de que la situación aminore, para argumentar como un logro propio, la determinación del ciudadano presidente 47.
No vaya a ser que despierte el tigre y se provoquen mayores afectaciones.
A fin de cuentas, la opción de utilizar la operación saliva con el pueblo bueno, al momento, es el recurso más valioso, en tanto los inversionistas y empresarios, así como los mercados en territorio mexicano, se mantengan con un bajo perfil y no demanden una reacción real.
Mientras tanto, como dijo la ciudadana presidenta parafraseando a Kalimán: serenidad y paciencia.
Monto
El TEPJF determinó que el INE debe modificar el monto del tope de gastos de campaña para la elección del 1 de junio. Las razones y motivación parecen poco claras, pero a estas alturas del proceso, ya nada sorprende en torno al tema.
Ya que todo indica que por más llamados que se hagan desde palacio nacional, para el grueso de la población, la jornada electoral del 1 de junio, ni huele ni hiede.
Por tanto, el gran ganador de nueva cuenta será el abstencionismo. Y si no, al tiempo, una ausencia en las urnas más que cantada, donde el conteo llevará a que el proceso se preste a todo género de especulaciones.

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