De: Campaña

Por Alejandro Villegas…
La campaña anunciada por la ciudadana presidenta para alertar a los jóvenes sobre los riesgos del fentanilo, se antoja mínima, risoria y a destiempo.
Los espectaculares y postes que se colocarán a lo largo y ancho del país, se aprecian como una acción escasa y de un alcance limitado, así como los recursos económicos que se destinarán para ello.
Evidentemente, lo que se aprecia es la verdadera dimensión que se otorga a la problemática que tendrá una difusión mucho menor que la que se otorga a los programas sociales, lo que sin duda se debe a que no se traducen en respaldo y aplausos.
Por otra parte, la distribución de material didáctico entre los docentes, para que aleccionen a los estudiantes sobre los riesgos de consumir fentanilo, se traducirá en una acción de alcances más que limitados.
Por donde se quiera ver, el contenido y dimensiones de la campaña anunciada por la ciudadana presidenta permite apreciar el ralo compromiso que tiene con el tema y por supuesto con la preservación de la vida de los potenciales consumidores.
Esto en tanto que, a pesar de los decomisos y acciones realizadas por las instancias de seguridad, la ciudadana presidenta insiste en negar que en México se produzca fentanilo, todo en el afán de no separarse ni un ápice de la línea discursiva y las indicaciones recibidas.
Preparación
La preparación, realizada durante meses, a la que alude el ciudadano secretario de Economía, Marcelo Ebrard, no se difunde ni siquiera a grandes rasgos, por lo queda solo como una expresión verbal de difícil cumplimiento.
En el fondo, la realidad es que los antecedentes indican que como lo hizo en su rol como canciller, el ciudadano Marcelo Ebrard, está listo para ceder, aunque en el discurso se trate de ocultar lo evidente, como sucedió hace años con el tema migratorio.
Y como sucede en la actualidad con las acciones emprendidas contra los artículos procedentes de China que se comercializan en territorio mexicano.