Mahoma

Por Alejandro Villegas…
El viaje de la ciudadana presidenta a Chiapas, anunciado para el 13 de diciembre, es un mal presagio. Permite recordar que aquel añeja conseja que indica que, si la Montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la Montaña.
Las actividades oficiales que están programadas corren un lado, en tanto que en el plano especulativo se maneja la posibilidad de que se reúna con el machuchón mayor para rendir cuentas y recibir, en su caso nuevas indicaciones.
Evidentemente si la ciudadana presidenta lo reconoce no habría problema alguno, porque en el fondo no hay impedimento alguno para que se reúna y dialogue con quien quiera hacerlo.
De la misma forma, tampoco está obligada a transparentar el contenido de sus conversaciones, por lo que queda claro que puede decir lo que guste y quiera.
Sin embargo, lo que es claro es que, al momento, no se ha despegado un ápice del rumbo trazado, incluso en el plano legislativo ha mantenido la senda.
A fin de cuentas, lo evidente es que la comunicación se mantiene y ello, en su momento, solo permite apreciar que la conducción del país, por decirlo suavemente podría estar viciada.
En tanto, el pueblo bueno, permanece pasivo bajo el influjo del bienestar y los programas sociales.
Prohibición
La prohibición en torno al consumo, producción y manejo de fentanilo que se concreta en el Legislativo, pone en evidencia que antes no constituía delito o al menos no se aplicaban las normas existentes, lo que incluye los seis años previos de gobierno, aunque ello no se diga, como efecto de una desmemoria selectiva.