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9 de noviembre de 2024 11:00 am
Y todavía nos falta un mes con López

Y todavía nos falta un mes con López

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Luis Sunderland Méndez

La rupestre cerrazón que López Obrador tiene, revestida de soberbia e ineptitud, nos hace vivir a millones de connacionales con un gobierno que decide el destino del país, tomando decisiones basadas en un poder metaconstitucional que lo colocará, sin duda alguna como el peor presidente que hayamos padecido y que lamentablemente no será como cuando terminó Luis Echeverría que la gente decía: “Sonría, ya se fue Echeverría”, porque con López, los efectos los tendremos que sortear por más de una década, por lo menos.

La capacidad de asombrarnos por los sucesos que todos los días vemos que pasan, es interminable. Simplemente el miércoles fue uno de esos días que nos sacuden hasta la médula, y que nos asusta y nos llena de incertidumbre, porque no tenemos idea si los últimos días de Andrés serán igual o peor que los apocalípticos relatos bíblicos de la última semana de Daniel.

Y ya de los primeros días de Claudia, mejor ni pienso en ellos, porque se caracteriza por mandar señales encontradas que no nos permiten precisar si realmente cree que cuando porte la Banda Presidencial, estando sentada en la Silla que le corresponderá debido a su alta investidura, gobernará con autodeterminación o seguirá bajo los lineamientos de su actual amo y señor o tal vez tenga la necesidad de mandarlo de embajador a alguna muy distante nación.

En algún lugar decía que Sheinbaum señaló que los jueces electos no van a ser vendidos, pero el miércoles Morena compró a dos senadores electos del PRD; si así van a estar cuando sea la hora de postular a los candidatos al Poder Judicial, ya sabemos qué clase de justicia tendremos en los años venideros.

Sobre los consejeros del INE que dictaminaron que Morena se quede con las tres cuartas partes del pastel legislativo, lo que fue avalado por el TRIFE, es tan grande la polémica que existe sobre la interpretación de lo que dice la Constitución, que a estas alturas, ya ni caso tiene perder tiempo en argumentar. Sostengo lo que un día les comenté: la oposición fue entre inocente u omisa y el resultado es que la glosa del artículo 54 constitucional habla de partidos, no de alianzas, ya conocemos el resultado de esto.

Lo que sí está muy claro es el gran disgusto que hay ahora de los integrantes del Poder Judicial, que para mi gusto, desde que AMLO anunció su plan C, debieron de haber protestado, pues ahora ya veo muy difícil que prospere. Pienso que nuestros socios norteamericanos también tardaron en hacer sus señalamientos, la andanada de reclamos debió de haber iniciado de inmediato.

Lo que tenemos es que el próximo régimen posiblemente ya este por conseguir el voto de la oposición que le falta (al cierre de esta edición, se rumora que una senadora se animará a brincar a Morena) con lo cual se cerraría el asunto a satisfacción y que la señora presidente Sheinbaum sea feliz, muy feliz y haga lo que López quiere, perdón, lo que ella quiera.

Lo grave del narcisismo psicópata de ellos, no es que estén enamorados de ellos mismos, sino que no pueden ver a los otros, porque simplemente no existen. Su opinión es solo la que importa, porque la de los opositores, que no somos una minoría como nos dejaron el INE y el TRIFE, sino que somos irrelevante, por eso sus acciones son el reflejo de su conducta, de su manera de ser.

Además a sus votantes los convierten en un objeto que solo utilizan a su conveniencias y para sus fines. La especialista Esther Peñas señala que en la sociedad narcisista, el yoísmo feroz desprecia al amor y a los vínculos sociales e imposibilita establecer lazos con otros.

La psicoanalista Constanza Mayer explica que la exaltación de un “Yo Fuerte”, lleva a la megalomanía a ultranza, como son casi todos los políticos elegidos por su audacia para potencializar el individualismo e instaurar la ley de la selva y el totalitarismo como sistema.

¿Pensaron en alguien en especial?

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