La paternidad es un privilegio para quien la ejerce pero también es quizá el compromiso más importante de todo hombre.
Ser padre por engendrar un ser o bien por adopción es una labor de tiempo completo que va más allá del tiempo y la distancia.
La paternidad lejos de culminar cuando los hijos e hijas alcanzan la mayoria de edad, evoluciona pero no se diluye.
El compromiso es ineludible e intransferible, y culmina con la vida misma. Asi de simple y llano, y la única recompensa a la que se puede aspirar es ver crecer a los hijos e hijas y convertirse en hombres y mujeres de bien, comprometidos con su futuro y el de sus familias.
Si escribir una historia de vida personal es una ardua labor, ser responsable de que hijos e hijas escriban de manera correcta la suya, es quizá el compromiso más grande de la vida.
El estigma del padre es la fortaleza y protección, sin dejar de lado la guia y tutela, lo único malo es que la ineludible escuela de paternidad es la vida misma.
No hay alegria mas grande, ni gozo mas maravilloso para todo hombre que ver por primera vez a sus hijos o hablar con ellos cuando aun están en el vientre de su madre.
Por todo ello, vale la pena ser padre y disfrutarlo a la espera de que en su momento, en un juicio reflexivo cada uno asuma de manera directa si fue o no un buen padre y por tanto, si se ha cumplido con las expectativas.
Feliz Dia del Padre, un abrazo a la distancia a los presentes y ausentes, y un abrazo hasta el cielo a aquellos que se han adelantado pero cuyo recuerdo permanece.
Felicidades