Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente se lanzó contra el ciudadano alto comisionado de derechos humanos de la ONU.
Lo acusa de ser tendencioso y estar alineado a sus adversarios, sin más prueba o argumento sólido a su estilo acusa de manera general, a la espera de descalificar y darle la vuelta a la página.
El ciudadano presidente recurre, fiel a su costumbre a la teoría del complot y la sospecha en lugar de aceptar que, en el marco del proceso electoral, en diversos estados del país han sido asesinados entre julio de 2023 y febrero de 2024 once aspirantes a participar en la contienda como candidatos a alguna posición.
El pronunciamiento el alto comisionado de derechos humanos de la ONU tiene sustento, además en la presencia de los grupos criminales en el país, así como en el nivel de inseguridad que prevalece, sin que al momento se aprecie una acción de fondo para combatir su presencia.
Lo que el ciudadano presidente aprecia como un complot en su contra no es sino un señalamiento con fundamentos que no puede negar.
Podrá argumentar que el funcionario internacional es tendencioso y que esta contra su gobierno, pero los datos están a la vista de todos al igual que la situación que prevalece en el país en materia de inseguridad.
Algo que no puede negar es que su comentario, aunque obligado, también busca incidir en el proceso electoral.
No cabe duda que los señalamientos del ciudadano presidente son osados y sin el menor sustento, al suponer injerencia de sus adversarios en las determinaciones de la ONU.
La seguridad no solo de todos los candidatos y aspirantes a un cargo de elección popular es vital en este momento, también de la población, pero por el número de muertes que se registran a diario, todo indica que la acción de la autoridad está lejos de ser efectiva.
A fin de cuentas, la teoría de complot se mantendrá vigente, en tanto le sea útil al ciudadano presidente para desviar la atención social.
Iglesia
Las candidatas y el candidato presidencial se reunirán con representantes religiosos del país.
Evidentemente se trata de una reunión obligada por el peso que tiene la comunidad religiosa entre la población. Por ello, a pesar de no profesar la fe católica, todos los contendientes asistirán a la reunión y prestarán atención, al menos durante el desarrollo de la misma a los planteamientos que les sean presentados.
Por algo dicen que París bien vale una misa.
