DE: Díscolo

Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente lleva las diferencias institucionales al extremo, combinándolas con una percepción personal.
Y fiel a su estilo, decide mandar al diablo a las instituciones que no se someten a sus designios y con los que mantiene diferencias.
Solo así se explica que haya decidido romper con el protocolo establecido históricamente para no invitar a la conmemoración del inicio de la gesta de Independencia y el Desfile a los representantes de los Poderes Legislativo y Judicial.
En concreto a las ciudadanas presidentas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Cámara de Diputados.
Las diferencias que argumenta el ciudadano presidente, evidentemente no son nuevas y en el plano institucional no debieran ocasionar una situación de ese tipo.
La actitud del ciudadano presidente recuerda aquella historia del niño adinerado que decide retirarse de juego y llevarse su balón, al no ser aclamado y ser la estrella del encuentro.
Deja a todos sin juego y se lleva el balón, en una actitud de abierta discolaría y egolatría, sin paralelo.
Es claro que el ciudadano presidente sería feliz si todos se doblegarán y sometieran, a pie juntillas y sin chistar, a sus designios.
Lo que lamentablemente olvida es que no toda la ciudadanía, es el pueblo bueno.
Desbandada
Los aspirantes a los cargos de elección popular, en principio a las candidaturas a las gubernaturas por parte de Morena, han comenzado a registrarse en lo que en breve será una verdadera desbandada de aspirantes, que estarán prestos a inscribirse a los procesos internos.
En este caso, la atención podría centrarse en el ciudadano Mario Delgado, quien no podría ser juez y parte, si es que decide participar en el proceso interno por la Ciudad de México.
Del lado del Frente opositor, lo evidente es que en breve sus integrantes harán lo conducente para no dejar solos en el escenarios a los suspirantes de Morena.