Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente rompió radicalmente con la tradicional arenga, de los viva, paso a los muera. Y con ello, proyecto su pretensión de seguir dividiendo al país.
Al hacer una pausa para expresar muera la corrupción, muera del clasismo y muera el racismo, el ciudadano rompió con el protocolo tradicional de la ceremonia que conmemora el inicio de la gesta independentista.
Y fue más allá, al incluir un viva a la paz, como preámbulo de la iniciativa pírrica que presentará ante la ONU para poner fin a la guerra entre Rusia Ucrania, y establecer un plazo de cinco años sin guerra a nivel mundial.
No cabe duda que el ciudadano presidente, se percibe como un ser todo poderoso y con facultades más allá de las que le confiere el cargo. Y por ello, no proyecta respeto alguno por las formas y las tradiciones.
Una cosa es que invite a quien guste a la celebración de las fiestas patrias y otra muy diferente que rompa con el sentido festivo y de unión nacional, con expresiones que buscan en el fondo dividir al país.
Por supuesto, que todo lo hace en su permanente afán de ganar adeptos, ante el temor no reconocido de que la gran masa que le dio el triunfo en la elección de 2018, termine por variar su sentido de adhesión en el 2024.
De ahí que, a pesar de los pesares, se mantenga en una acción permanente de campaña y aleccionamiento doctrinario, propio de los regímenes dictatoriales, donde se trata de controlar el pensamiento y la tendencia ideológica de la colectividad.
Desfile
El desfile militar vuelve a las calles no sólo de la capital nacional, sino de las plazas principales de casi todo el país.
Al igual que sucede con la rememoración del Grito de Independencia, todos los gobernadores e incluso los presidentes municipales organizan su desfile, para el disfrute de la población.
Solo falta que la convivencia abierta y franca que se disfruta al amparo de la percepción de que se ha superado la pandemia, no resulte contraproducente.
Oficialmente no ha terminado la pandemia, pero en los hechos una amplia parte de la población la ha dado por superada. Los consejos de sana distancia, comenzaron a pasar al olvido.
Sin embargo, el riesgo de un nuevo rebrote permanece latente.
