La celebración de la Independencia de México promete regresar a la normalidad este miércoles, tras dos años de pandemia, y una muestra de ello es el viaje que cientos de mexicanos de todas las regiones del país emprendieron rumbo al Zócalo de la capital para dar el popular “grito” y escuchar a la emblemática agrupación mexicana, Los Tigres del Norte en vivo, quienes iniciaron su concierto con la canción El Jefe de Jefes.
“Yo vine a saludar a AMLO (el presidente Andrés Manuel López Obrador) y aunque sea verlo de lejos, porque estamos de acuerdo con todo lo que está haciendo”, respondió a Efe Guadalupe Rojo, comerciante, quien esperaba desde el medio día la apertura de las vallas de seguridad para agarrar un lugar cerca de la ventana de Palacio Nacional en donde López Obrador hará una aparición, tocará la campana y dará el tradicional grito de “¡Viva México!”.
Acompañada de sus hijos, Guadalupe aseguró que era la segunda vez que se encontraba en la explanada para apoyar al mandatario mexicano, que su familia también se reunió para el acto musical de los cantantes de corridos, y contó que iban “bien preparados” para los inconvenientes que pudieran suceder, pues el cielo gris anunciaba lluvias.
“Agarramos lo indispensable, un paraguas, un abrigo, unas tortas, un impermeable, sillas y vámonos”, respondió la señora Rojo.
Su hijo Óscar Murillo, trailero, llegó a Ciudad de México desde Los Ángeles, Estados Unidos, con la misma ilusión de su madre por ver a López y a Los Tigres del Norte, de quien se dice fan.
Un poco menos preparados para las posibles adversidades fueron Verónica y Raúl Delgado, una pareja procedente de Chihuahua que decidió de último minuto llegar a la capital a celebrar por primera vez en el Zócalo capitalino esta tradición mexicana, que hoy conmemora 112 años del inicio del movimiento de Independencia en el país latinoamericano.
“Fue espontáneo, yo estaba trabajando y cercano al 16 de septiembre dijimos, ‘pues vamos a México'”, mencionó el señor Delgado, quien estará junto con su esposa en la capital por seis días y quienes confesaron extrañarán las tradicionales ferias que se ponen en sus barrios, como en muchas otras localidades del territorio mexicano, para la celebración.
Verónica portaba un vestido con elementos y colores tradicionales mexicanos que le regaló su esposo en Chihuahua, mientras que Raúl encontró su atuendo mexicano llegando a la ciudad.
