Por Alejandro Villegas…
El diálogo concretado en territorio mexicano entre opositores y representantes del gobierno de Venezuela, servirá -sin duda- a la proyección internacional de la imagen del ciudadano presidente.
Más allá del resultado que arroje la denominada primera ronda, que se realizará en la CDMX, con la asistencia del ciudadano canciller, lo importante para el ciudadano presidente será atraer los reflectores de la comunidad internacional hacía él.
Poco importa, evidentemente, la eventual reacción de la administración Biden, y sus consecuencias en el plano económico.
Es más que claro que la agenda internacional del ciudadano presidente que inició con el Programa Sembrando Vida y su pretensión de que el gobierno estadounidense contribuya, con recursos a atender lo que considera como causas de la migración, a la que se agrega la breve estancia del ex presidente de Bolivia, Evo Morales, tiene en el diálogo venezolano un nuevo componente.
De entrada, no hay que perder de vista, los señalamientos que previamente emitió el presidente Nicolás Maduro en torno a la eventual injerencia estadounidense en el prolongado conflicto de Venezuela, que se quiera o no tendrá un peso fundamental en el ánimo de la administración Biden a la hora de apreciar la intervención de México, como sede del diálogo.
Clases
El reconocimiento del ciudadano presidente al derecho que tienen padres y madres de familia, a decidir si envían a sus hijas e hijos a los centros escolares, sale sobrando.
Se trata de una expresión reiterada que es del dominio público.
Las afectaciones en el esquema social, entre el alumnado, que hoy esgrime la autoridad, tiene relativa cabida, pero sin duda ante el tamaño del riesgo quedan minimizadas.
A todas luces la convivencia y socialización son fundamentales para toda persona, pero la conservación del bienestar físico y la salud, son prioritarias para la vida.
