Por Alejandro Villegas…
La transformación de la educación en actividad esencial por la autoridad sanitaria para respaldar la determinación del ciudadano presidente de reactivar las clases presenciales, es temeraria.
Equivale a una mutación caprichosa por decreto que coloca en serio riesgo a los millones de educandos que deberían retornar a las aulas a pesar de que el semáforo epidemiológico se encuentre en rojo.
Nada, por decir lo menos, más irresponsable si se toma en cuenta que se ha documentado que en la tercera ola de COVID-19 jóvenes e infantes se contagian y llegan a fallecer.
Y lo más grave es que el sector de población menor a 18 años no ha sido vacunado.
La mutación anunciada por el ciudadano subsecretario López Gatell, con seguridad, será rechazada por no pocos padres de familia que terminarán por no enviar a sus hijos a las aulas.
En tanto la postura inamovible del ciudadano presidente nos recuerda que hay quienes ni viendo el temblor se arrodillan.
Y mucho menos cuando el costo social y los muertos los pone el pueblo bueno.
Magistrados
La reunión del magistrado presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con los magistrados del Tribunal electoral pone de relieve las dimensiones del conflicto que se vive tras la remoción del presidente del TEPJF.
Evidentemente los togados le darán una salida digna, en la medida de lo posible al tema, pero ello no impedirá que el ciudadano presidente impulse la reforna del máximo tribunal electoral e insista en que sus integrantes renuncien.
Por cierto que la pifia cometida en la mañanera al dar por valido un mensaje falso de Twitter, que se atribuía al recien ungido presidente del TEPJF, y que fue desmentido en su momento, entra de lleno en la sección de las mentiras verdaderas.
Pero para que el ciudadano presidente reconozca la pifia, tendria que reverdecer la higuera.
